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Cuba le puso sabor de 'melao' al Festival de Música Colombiana de Ibagué

Cuba le puso sabor de  'melao' al Festival de Música Colombiana de Ibagué

Por: Humberto Leyton

La sonora voz llevando las melodías de boleros cubanos y del pentagrama andino, penetró por los ventanales del piso del edificio donde vivo, ubicado a una cuadra de la tarima donde esa mañana entreverada de sol y lluvia, se desarrollaba una de las presentaciones de la programación del 33° Festival de la Música Colombiana de Ibagué, aquel viernes 22 de marzo.

De inmediato llamó mi atención. Nunca había escuchado interpretar canciones colombianas con sabor a 'melao', ese manjar exquisito de la caña cubana que inmortalizó Celia Cruz y la Sonora Matancera por allá en la mitad del siglo pasado.

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Ese ritmo antillano puesto a "La Sombrerera" y otras canciones colombianas,  me distrajo e hizo abandonar la escritura de una nota periodística que estaba elaborando en esos momentos. Corrí a la tarima y allí encontré en el escenario a una mujer rebosante, llena de vida y alegría, que acompañada de un buen guitarrista interpretaba melodías colombianas que antes se me hacían sosas, tristes y aburridas. Ella con su voz bellísima de soprano,  le puso Son y Tumbao, y transformó literalmente este pentagrama Andino, que nunca había llegado a mí con tanta fuerza, que sentía con emoción correr por mi sangre Pijao esas tonadas como cántaros de melao.

Cuando terminó su presentación, aplaudida de pie por varios minutos por los cerca de 400 o 500 personas, la mayoría de ellas mayores de edad,  que se encontraban en la carpa instalada frente a la alcaldía y el colegio La Presentación, pudimos hablar con ella por algunos minutos y al preguntarle sobre los arreglos que había realizado a las canciones que interpretó de origen Andino, varias de ellas de autores del Tolima, con mirada acrisolada nos respondió: "Simplemente les puse un poquito de melao".

Ella es Raquel Zozaya Aldana, una mujer que no refleja sus 53 años de edad, nacida en la provincia de Holguín (Cuba), dueña de una voz extraordinaria, que en mi criterio, y reconociendo que lo único que entiendo de música es que entra por mis oídos y que me hace vibrar cuando es buena, eso fue lo que experimenté con esta talentosa y bellísima voz. 

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Raquel Zozaya, dice en su biografía, fue desabierta por su madre que desde niña entendió sus calidades cuando cantaba en el baño, y luego se fue formando en la organización de los niños Pioneros de Cuba, hasta llegar a participar y ganar varios concursos y eventos en su país. Y entre sus logros, se cuenta su participación durante un año en el show del cincuenta aniversario del mundialmente conocido y famoso cabaret Tropicana.

Se radicó en Colombia desde 1998, y figuran en su trabajo la grabación de siete temas del compositor  y cantante colombiano  Julio Ernesto Estrada "Fruco", lo mismo que diversas presentaciones en importantes eventos de salsa y música antillana.  

La lección de canto, de arte, de transformación de la música Andina, que dio Raquel Zozaya, en su presentación en Ibagué, debería tomarse como algo para experimentar en los cambios necesarios que debe sufrir la música Andina, en su conjunto, para hacerla más universal, que llegué a vastos sectores de audiencias y que tenga mejores mercados.

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