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Café y paz, un liderazgo cosechado por mujeres del sur del Tolima

Café y paz, un liderazgo cosechado por mujeres del sur del Tolima

En el corregimiento de Calarma, en Chaparral, las mujeres han sido las principales protagonistas de la construcción de paz y la transformación de los hogares en el sur del Tolima. Su labor busca romper los esquemas del machismo en las diferentes esferas como el trabajo rural, la política y la ejecución de proyectos sociales.

En este territorio, la asociación de mujeres Amocal y la asociación Asopromix, se han unido para consolidar un proyecto de protección ambiental, fortalecimiento tecnológico y de producción del café que vienen cultivando por generaciones, convirtiéndose en referentes de liderazgo en la región.

Las dos asociaciones tienen sus propias marcas de café. En el caso de Asopromix, esta tiene el mismo nombre de la asociación, a diferencia de Amocal, quienes denominan a su producto como ‘Café La Esperanza’. Cuentan también, con su propia marca de chocolate natural ‘La Paulita’.

La Asociación de Productores Mixtos (ASOPROMIX), está conformada por 23 mujeres y 18 hombres; y participan cinco familias indígenas, 10 víctimas del conflicto y ocho madres cabezas de familia, quienes han apostado por cultivar no solo un café especial, sino en lograr diversificar sus productos y cosechas, desde hortalizas a frutas. 

“El machismo en todo el mundo ha existido, hace nueve años mi esposo se fue, me abandonó. A nosotras las mujeres no nos dejaban tener cédula cafetera, no nos dejaban trabajar, porque esto del café era de hombres, de machos”, comentó Flor Astrid Reinoso, representante legal de Asopromix y dueña de la finca La Plantación.

Flor también pertenece a la Red de Mujeres Chaparralunas por la Paz, cuenta que esta iniciativa le ha permitido conformar unos vínculos donde el intercambio de saberes ha sido clave para los proyectos, al capacitarse política y socialmente con otros campesinos y campesinas, quienes buscan tejer y cultivar la paz en un territorio que fue marcado por el conflicto armado.
 
Para la Red de Mujeres Chaparralunas, los Acuerdos de Paz son una gran oportunidad de cambio en sus territorios, y aunque argumentan que aún falta mucho por avanzar, están convencidas de que es el inicio a la transformación de sus parcelas, fincas y sus veredas en lugares de desarrollo. “La paz le ha aportado impacto, beneficio, desarrollo y sostenibilidad a las comunidades”, afirmó Marcela Mendoza, lideresa de AMOCAL.

Información: Radio Nacional de Colombia

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