Salud
Los teléfonos móviles, una amenaza latente
“La generación ansiosa” es el libro hoy por hoy más consultado en diferentes regiones de los Estados Unidos de América. Su autor, Jonathan Haidt arroja resultados nada alentadores del cómo los teléfonos inteligentes, en especial en el uso de las redes sociales, está generando una nueva epidemia en salud, quizás más grave que la misma guerra, la salud mental.
Haid hace referencia a lo que muchos profesionales de las ciencias de la salud y sociales han expuesto hace más de una década, la restricción del uso de celulares a menores de 16 años y va más allá, dice el autor que no deberían tener contacto alguno con celulares. Propuesta que ya desarrollan en ciertos cantones de Suiza desde enero del 2024.
“La generación ansiosa: cómo el gran recableado de la infancia está causando una epidemia de enfermedad mental”, de allí que su escrito tanga eco en otras personalidades e instituciones como lo ha hecho la Asociación Estadounidense de Psicología que reconoce la inseguridad a todo nivel que padecen los niños y preadolescentes con el uso de ciertas redes, volviéndose más inseguros.
“El informe de la APA, publicado el martes, dice que los niños no tienen “la experiencia, el juicio y el autocontrol” para manejarse en esas plataformas. La asociación dice que la carga no debería recaer exclusivamente en los padres, las tiendas de aplicaciones o los jóvenes: tiene que recaer en los desarrolladores de la plataforma”.
Reproducimos parte de la entrevista concebida por el psicólogo a CNN en Español, creemos que su lectura es fundamental para los padres de familia que aún pueden tener el control sobre este aspecto que está resquebrajando nuestra sociedad en general.
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CNN: ¿Cómo llegamos a esta situación?
Jonathan Haidt: Los niños siempre tuvieron una infancia basada en el juego, pero gradualmente dejamos que eso se desvaneciera debido a nuestros crecientes temores de secuestro y otras amenazas en las décadas de 1980 y 1990. Lo que surgió para llenar todo ese tiempo fue la tecnología. En la década de 1990, pensábamos que Internet iba a ser el salvador de la democracia. Iba a hacer que nuestros hijos fueran más inteligentes. Como la mayoría de nosotros éramos tecnooptimistas, en realidad no dimos la alarma cuando nuestros hijos empezaron a pasar cuatro, cinco, seis y ahora siete o nueve horas al día frente a sus teléfonos y otras pantallas.
El argumento básico del libro es que hemos sobreprotegido a nuestros hijos en el mundo real y los hemos subprotegido en línea. Y en ambas mitades, puedes ver cómo lo hicimos pensando que todo estaría bien. Nos equivocamos en ambos puntos.
CNN: ¿Cuáles son algunos de los datos más sorprendentes que encontraste?
Haidt: Lo que inmediatamente me viene a la mente fue el descubrimiento de que los adolescentes solían tener, con diferencia, las tasas más altas de fracturas de huesos antes de la gran reconfiguración de la infancia. Antes de 2010, los adolescentes tenían muchas más probabilidades que cualquier otro grupo de ir al hospital porque se habían roto un hueso. Una vez que llegamos a principios de la década de 2010, sus tasas de hospitalización se desploman, de modo que ahora los adolescentes tienen ligeramente menos probabilidades de romperse un hueso que sus padres o abuelos. Pasan la mayor parte del tiempo frente a sus computadoras y videojuegos, por lo que están físicamente seguros. Pero yo diría que esto se produce a costa del desarrollo saludable de la niñez.
CNN: ¿Esta crisis de salud mental afecta de manera diferente a niños y niñas?
Haidt: Los hechos básicos sobre las diferencias de género son que cuando todos adquirieron un teléfono inteligente a principios de la década de 2010, los niños optaron por los videojuegos, YouTube y Reddit, mientras que las niñas optaron más por las plataformas visuales de redes sociales, especialmente Instagram, Pinterest y Tumblr.
Una segunda diferencia es que las niñas comparten más emociones que los niños. Hablan más de sus sentimientos y son más abiertos el uno con el otro. Los niveles de ansiedad de las niñas aumentan mucho en este período (la preadolescencia y la adolescencia), tan pronto como se hiperconectan entre sí a través de las redes sociales.
Históricamente, la autolesión es una forma en que algunas niñas han afrontado la ansiedad y esas tasas también aumentaron mucho a principios de la década de 2010. Solía ser que (la autolesión) no era algo que hicieran niños de 12 y 13 años, sino más bien niñas mayores. En la década de 2010, las visitas a las salas de emergencia de los hospitales (por autolesiones) de niñas de 10 a 14 años casi se triplicaron. Ese es uno de los mayores aumentos en los marcadores de enfermedad mental que vemos en todos los datos que he revisado.
CNN: Has dicho que estamos en un punto de inflexión en esta crisis ¿Por qué?
Haidt: Creo que este año es el punto de inflexión por varias razones. En 2019, el debate realmente estaba comenzando. Luego llegó el Covid-19, y eso oscureció las tendencias anteriores. Ahora hemos pasado algunos años del Covid-19, del cierre de escuelas, de las máscaras, y lo que ha quedado claro para todos es que los niños no están bien. Y los datos sobre las tasas de enfermedades mentales nos muestran que la mayor parte del aumento se produjo mucho antes de que llegara el Covid-19.
Hoy en día, en las familias de todo Estados Unidos, una de las dinámicas más importantes y prevalentes es la lucha por la tecnología. Lo que descubrí desde que salió el libro es que casi todo el mundo ve el problema. Los padres están en un estado de desesperación. Sienten como si el genio hubiera salido de la botella. Dicen: "No se puede volver a poner la pasta de dientes en un tubo, ¿verdad?" A eso le digo: "Si realmente tienes que hacerlo, lo harás".
Cuando observamos los escombros de la salud mental de los adolescentes y observamos los aumentos en las autolesiones y el suicidio, observamos la disminución de los puntajes de las pruebas desde 2012 en Estados Unidos y en todo el mundo, creo que tenemos que hacer algo. Mi libro proporciona un análisis claro de los múltiples problemas de la acción colectiva y de las cuatro normas simples que los resolverán.
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