Hace apenas unos días este portal, El Cronista.co, registraba el reconocimiento que recibía Eduardo Andrés Sandoval Forero, al ser distinguido como científico colombiano por la Academia Mexicana de la Ciencia y SIN nivel III del Conacyt (Sistema Nacional de Investigadores).

Hoy este portal registra el lanzamiento del libro del Magistrado del Consejo Nacional Electoral, Luis Guillermo Pérez. La coincidencia es que los dos son oriundos del Líbano, los dos sus vidas las han dedicado de manera decidida a la defensa de los derechos humanos y los pueblos indígenas, los dos se han distinguido por ser hacedores de paz, los dos estudiaron en la Universidad Nacional, los dos fueron exiliados y los dos sienten un entrañable amor por el Líbano, porque ahí estuvo la fuente de inspiración para su rebeldía con causa.

• Puede leer: Libanense, grande en México

Luis Guillermo Pérez Casas, magistrado del CNE desde septiembre de 2018 elegido en representación de la oposición política, es abogado de la UN, con maestría del Instituto de Altos estudios para el Desarrollo en Análisis de Problemas Económicos y Políticos Contemporáneos. Defensor de Derechos Humanos durante 30 años, fue presidente del Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo”, secretario general y representante permanente ante la OEA de la Federación Internacional de Derechos Humanos, docente en varias universidades, entre ellas la Universidad del Tolima.

“Sombras y luces de la democracia”, es un libro de la Colombia profunda, escrito bajo el rigor de la disciplina heredada del estudio y el compromiso valiente por un mejor país. Es un libro de historia apasionante, como el mismo autor lo dice “Dos siglos de lucha multiétnica y de género por la inclusión social y política.

Gaitán venciendo sobre sus asesinos y el memoricidio (capítulo 10)

“Escuché hablar de Jorge Eliécer Gaitán cuando era un niño, en mi pueblo natal, el Líbano, Tolima, tierra de poetas e insurgentes, con mis rodillas sangrantes porque me había caído intentando aprender a montar en bicicleta, llegué a casa de mi abuela llorando y mis lágrimas las calmó el discurso de uno de los adultos mayores de la familia, recitando los discursos de Jorge Eliécer Gaitán y diciéndome que en la vida hay que caerse muchas veces para aprender a levantarse.

Nunca imaginé que años más tarde, me graduaría en la misma universidad pública donde se formó él como abogado. En la Nacional, no solo leí toda la obra de Gaitán sino que también la compraba y vendía como joven librero en una esquina de la Plaza “Ché Guevara” en la Universidad Nacional, todos los escritos del más importante líder que haya nacido en tierra colombiana en el siglo XX.

• Puede leer: “Líbano, el pueblo que produce más escritores por kilómetro cuadrado en el mundo”: Francisco Celis Albán

Luego ya graduado de abogado, defensor de derechos humanos, por invitación de Eduardo Umaña Luna, uno de mis mejores profesores con quien profundicé mi vocación de servirle a la humanidad antes que a mis intereses particulares, terminé trabajando en una de las organizaciones de derechos humanos más reconocidas del país, el Colectivo de Abogados ‘José Alvear Restrepo’”.