Como si se tratara de la repetición de la famosa novela Los miserables de Víctor Hugo en el siglo XIX, cuando Jean Valjean es condenado por robarse un pan, hoy dos siglos después, la historia parece repetirse pero con cuatro ramos de plátanos, en un pueblo al norte del Tolima llamado Palocabildo.  

Aquí la trama es más sencilla que en la obra literaria pero nos conduce casi que al mismo lugar, posiblemente la necesidad y la miseria. Según el informe de la policía en medio de un descuido en una humilde vivienda, ubicada en zona rural de Palocabildo, un hombre de 42 años de edad, cuya identidad no fue revelada, aprovechó que se encontraba sola y procedió a colgarse de un árbol y cortar 4 racimos de plátano hartón, los cuales fueron empacados en cinco lonas.

De inmediato los vecinos al darse cuenta que el ladrón de plátanos los estaba echando en un camión de manera nerviosa y rápida, montaron una persecución por toda la región, en con el fin de recuperar los racimos; sin embargo, este logró evadirlos de manera sagaz, llevando consigo el cuerpo del delito.

Al término de una media hora las autoridades de Policía lo ubicaron en la vereda La Esperanza y fue así como dieron con su paradero, siendo capturado por las autoridades.

El robo de carácter agrícola, está avaluado en 500 mil pesos, según lo manifestado por la víctima, un campesino de 65 años quien al tener conocimiento de los  hechos fue el que avisó a la Policía, mediante una llamada telefónica.

El hombre fue presentado ante un juez de garantías del municipio de Honda y la Fiscalía 32 seccional, se desconoce qué medida le impuso el togado. Por su parte los plátanos fueron dejados a la autoridad competente.

Son las paradojas de la vida y del sistema judicial de nuestro país, donde el operativo policial y los trámites judiciales pueden valer mucho más que los plátanos hurtados. Y que como siempre, nos lleva a concluir en nada.