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Elecciones contaminadas en Cajamarca

Elecciones contaminadas en Cajamarca

Los que se vivirá este domingo 12 de marzo en Cajamarca (Tolima), no será una fiesta de la democracia sino una burda opereta contaminada hasta la médula por la administración municipal con el apoyo abierto de la multinacional minera Anglo Gold Ashanti (AGA).

 

En estas circunstancias será una pelea de David contra Goliat. Un candidato de origen campesino, Julio Roberto Vargas, apoyado por diversos partidos y sectores populares, como el Polo, el partido Liberal, Alianza Verde, Mira, el movimiento del exsenador Carlos García, y fuerzas sociales, entre otros; contra el músculo financiero y el poder de compra de AGA, la administración municipal, el partido de la U, y un sector del partido conservador, que respaldan a Pedro Pablo Marín. El primero de los candidatos desproveído de recursos financieros gigantes como los tiene su adversario, y el segundo con todo el dinero de la multinacional minera, del aparato administrativo de la alcaldía, incluyendo a contratistas y burocracia, más los contratistas de AGA, comenzando por su jefe de campaña Plinio Valencia y al alcaldesa Susana Andrea Canizales.

 

Es una lucha desigual desde todo punto de vista. Mientras Vargas, convoca al voto libre y consiente, Marín tiene en su haber el poder corruptor del dinero para la compra de sufragios y conciencias débiles.

 

Estas elecciones están contaminadas y huelen a nauseabundo. El hurto sospechoso de cuatro computadores en los últimos días con información valiosa de contrataciones de la administración municipal en caso de una investigación, además de extraño es increíble. Los ladrones entraron con toda facilidad y, casi escoltados, con llaves de la oficina, no se violentaron las puertas de la oficina de Planeación y se llevaron exclusivamente los que tenían información relevante. Esto es un mal síntomas de lo que está pasando en la alcaldía de Cajamarca, pues quieren desaparecer información anticipadamente que los comprometería en caso que perdieran las elecciones y se destapara el tamal. 

 

A ello, se añade la descarada y vulgar participación de los funcionarios públicos del gobierno de Cajamarca, encabezados por su alcaldesa, los secretarios de Salud y Planeación en concentraciones públicas, supuestos eventos deportivos, 'actos culturales', cabalgatas, y hasta el cierre de campaña, sin que ninguna autoridad haya atendido las más de 12 denuncias que se han presentado ante la Procuraduría Provincial, una entidad que prácticamente no existe por su nula labor.

(Ver: Alcaldesa (E) de Cajamarca en plena campaña electoral)

Todo esto y mucho más ocurre en estas intoxicadas elecciones de Cajamarca, fundamentalmente por los intereses de explotar el oro que existe en La Colosa. AGA, así sea violando la legislación colombiana, se la juaga toda por los más de 60 mil millones de dólares que se calcula que representa la mina a cielo abierto. No importa que hay que destruir el ecosistema de zonas de bosques naturales y páramos, donde nace el 70 por ciento de los recursos hídricos del occidente y centro del Tolima.

 

En estas condiciones, las autoridades electorales se deben emplear a fondo para impedir el Chocorzo (fraude) que a todos los niveles se viene preparando en esta localidad desde el inicio de la campaña atípica que concluye este domingo. Los mismo deben hacer los organismos de control como la Fiscalía, Procuraduría y la fuerza pública, para impedir el constreñimiento al elector y que la jornada electoral se cumpla libre de presiones delictuosas.

 

(Puede leer: La MOE le pone el ojo a las elecciones de Cajamarca)

 

 

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