Política
Reconocimiento tardío de los liberales a la administración Delgado Peñón
Resulta que después de tres años, la dirigencia máxima de su partido se viene a dar cuenta que Luis Carlos Delgado Peñón realizó una buena y transparente administración durante su periodo como gobernador del Tolima 2012-2015.
Encabezados por su propio Jefe, el exsenador Mauricio Jaramillo Martínez, en la convención departamental de ese partido realizada el pasado 19 de enero, en el club Campestre de Ibagué, reconoció públicamente los logros de la administración de su copartidario, especialmente en la lucha contra la corrupción y la contratación transparente, además de las inversiones que, sin exclusión, se realizaron durante su periodo en todos los municipios por una suma cercana a los 11 billones de pesos.
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Recién salió de su cargo, varios alcaldes y exalcaldes de la época, le ofrecieron homenajes y reconocimientos por su obra de gobierno, lo mismo organizaciones comunales y sociales de diferentes municipios, incluyendo varias entidades indígenas. Este periplo se prolongó por más de un año, donde fue invitado hasta inaugurar obras que dejo iniciadas y financiadas su gobierno, como en el caso del puente sobre el río Venadillo en la vereda Agua Blanca o Cofradía.
A estas exaltaciones hay que agregarles los reconocimientos que le hicieron a su administraciones entes de control como la Procuraduría General de la Nación y la Contraloría General, por su lucha contra la corrupción. Por ejemplo, El índice de Gobierno Abierto mostró una mejoría significativa entre los años 2011y 2014, pasando del 52.4% al 87.5% en el ranking de transparencia departamental, pasando del puesto 15 al 6 en esta materia. Al mismo tiempo hay que recordar, que el Tolima figuró en el sexto puesto entre los departamentos con mayor recaudación de ingresos corrientes de libre destinación con una cifra de 190 mil millones de pesos.
Algo que se está olvidando es el primer puesto que obtuvo el Tolima a nivel nacional, en políticas públicas de inclusión de la población infantil y adolescencia, reconocimientos hechos por la Procuraduría General de la Nación, la Unicef y el ICB, donde se tuvieron en cuenta en esta evaluación, varios puntos de la inversión de recursos que hizo la administración departamental para programas de protección de la niñez.
Es también rescatable la atención que prestó el gobierno de Delgado Peñón, en proyectos de formación profesional de alto nivel, especialmente en maestrías, doctorados y nuevas tecnologías de la información donde también ocupo los primeros puestos del país en estas materias.
Nos haríamos extensos en citar logros del Plan de Desarrollo conocido como "Unidos por la Grandeza del Tolima", que ocupó el tercer lugar en el país como uno de los mejores, debido a la amplia participación de sectores sociales y políticos que tuvo en su construcción, donde se enmarcan servicios públicos, programas de salud, educación, construcción y mejora de vivienda, pavimentación de vías secundarias, ampliación de espacios culturales, y seguridad, entre otros.
Estos breves párrafos de recordatorio son para refrescar la memoria de algunos adversarios, contradictores, incluso del llamado 'fuego amigo', al que no escapa ningún servidor público, donde sus obras y realización son la mejor defensa.
Por eso, llegan a la memoria recuerdos de ciertos amigos, especialmente contratistas, que trabajaron en la campaña de Delgado Peñón, y que luego de la victoria querían que los contratos se adjudicarán a dedo o haciendo trampas en las licitaciones, peticiones que fueron rechazadas por el ya mandatario, por lo que se ganó más de un enemigo y detractor, una buena parte de su propio partido, el liberal.
Esto, y el negarse a cogobernar con los directorios políticos y algunos 'dirigentes comunales', y el no poderle dar puestos a todo el mundo, le granjeo enemistades y enemigos que abierta o solapadamente, desde las propias filas de su partido comenzaron a criticar y atacar su administración. La justicia es coja pero llega dice la sentencia popular, este caso no fue la excepción y llegó el tiempo de reconocer y de hacer justicia.
Tardíamente ahora el exgobernador recoge los frutos de una cosecha que le parecía esquiva, pero que el tiempo tan justiciero como lo dice el tango, no perdona ni guarda nada, han comenzado a rescatar lo que hizo bien y en beneficio de todos los tolimenses.
La mano en la penumbra que sembró el grupúsculo que tiene al liberalismo secuestrado, que impide el surgimiento de nuevos cuadros, que no toma posiciones políticas en nada y que impide su modernización en el Tolima como un partido de avanzada, son los mismos que le prepararon la encerrona a Olga Beatriz González, en el Club Campestre y conspiraron contra la administración de Delgado Peñón durante todo este tiempo.
Por fortuna, hoy advierten una especie de tardío amanecer que comienza a clarifica la noche y las cosas, y que, posiblemente con la llegada nuevamente de Mauricio Jaramillo a la jefatura roja, se gane un juez ecuánime e imparcial que haga una política de partido y no de grupo y que se recate a mucho dirigente que hace aportes y se encontraba marginado como parecer es el caso de Luis Carlos Delgado Peñón.
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