Sin duda el ganador absoluto en las elecciones del pasado domingo, fue el hoy gobernador Óscar Barreto Quiroga. Puso su reemplazo y como si eso fuera poco, el nuevo alcalde de Ibagué también es cuota suya. Más que pertenecer al partido Conservador tienen el sello ‘barretista’.

Dentro de dos meses, Óscar Barreto será exgobernador y de inmediato asumirá su liderazgo político a plenitud, que sin duda es amplísimo. La inquietud es que sepa interpretar ese momento, que abra los espacios, que no se convierta ese liderazgo en un ‘gueto’.

Otro ganador, pues por aquello que es el único representante a la Cámara por esa agrupación política y tuvo la potestad de entregar avales, es Jaime Yepes del partido de la U. Esta colectividad ganó 11 alcaldías en el Tolima.

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Perdedores sí hay varios. Tres barones electorales de antaño, que en esta ocasión salieron mal librados, al punto que en algunos sectores se comenta que ya les llegó el momento de la retirada para darle paso a otras figuras. Nos referimos a Mauricio Jaramillo, Carlos García y Emilio Martínez Rosales.

También perdieron Carlos Edward Osorio, José Helver Hernández, ‘Choco’,  y Ricardo Ferro.

El ex representante Osorio se jugó sus restos apoyando a la candidata a la Asamblea Diana López Chica y el candidato al Concejo de Ibagué, Diego Andrés Valbuena, los dos se quemaron, lo mismo que el candidato a la alcaldía Leonidas López.

José Helver Hernández tuvo dos pérdidas estruendosas, la alcaldía de Murillo con Beatriz Valencia, una de las sorpresas de la jornada y la alcaldía del Líbano, donde se la jugó con el nombre de Diego Padilla.

Perdedor por donde se mire, el Centro Democráticoque en el Tolima en las últimas elecciones se había convertido en un bastión casi indestronable. Perdió gobernación, solo ganó tres alcaldías.  Aquí cabría responsabilidad del representante Ricardo Ferro, pese a que el CD tuvo dos curules en la Asamblea y dos en el Concejo de Ibagué.

Perdió el alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo, más por falta de un equipo estructurado de su movimiento, que por las capacidades del mandatario local, además de su terquedad para mantener posiciones inflexibles en ciertos casos donde era necesario cambios.  

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Otros perdedores Olga Beatriz González y por supuesto Rosmery Martínez 

Pero como el dicho es que en política a nadie se puede dar por sepultado, muchos de estos dirigentes tratarán de surgir de las cenizas; pero sin duda, deberán realizar cambios profundos en la concepción de hacer política y de tener más malicia indígena para captar el momento político y ofrecer salidas viables a los problemas locales y regionales.

Las derrotas son huérfanas y las victorias tienen muchos padres, dice la sentencia popular, por eso ahora, algunos liberales tratan de responsabilizar al alcalde Jaramillo de su propia hecatombe como si este fuera Liberal o jefe de ese partido. Nada más equivocado que buscar las disculpas en la casa del vecino.

Habrá tiempo para analizar la derrota de los alternativos y el partido Liberal, donde los egos y los intereses personales se impusieron sobre los ideológicos y programáticos.  

El debate queda abierto, comienzan los alegatos.