El maestro Darío Echandía Olaya, es considerado una figura cimera de la política y jurisprudencia histórica del país y el  Tolima, por su concepción filosófica, ética y moral de entender el ejercicio de estas actividades.

Con razón se le conoce como la conciencia y cumbre moral no solo del liberalismo sino del país. Máxime en esta época que atravesamos de descomposición política, ética y moral en todos los órdenes.

Leerlo o volverlo a releer sería bueno como un ejerció de fortalecer ideas y pensamiento de la misión que debe cumplir un jurista o un político;  contrario a los Bustos y compañía y tanto politiquero de mercado que abundan en los juzgados, tribunales y corporaciones públicas.

El expresidente Echandía, nació en Chaparral delo 13 de octubre de 1897 y murió en Ibagué el 7 de mayo de 1989, desempeño altos cargos oficiales y también se le considera un promotor de la paz; precisamente en aquellos tiempos de la violencia liberal-conservadora que sufrió Colombia a mediados del siglo pasado es que se atribuye su famosa frase: "Es mejor echar lengua que bala".  Era un hombre que una frase resumía todo un compendio de de enseñanzas y de conceptos.  

Estas son algunas: "Lo importante es romperle una vértebra a la Constitución de 1886. ¿Cuál? La que coloca el derecho individual por encima del interés social"

"Poder para qué...?"

"Este es un país de cafres"

Cada una de ellas tiene su profundo contenido fosfórico y conceptual. Y todas llegan a al mismo camino: la restauración moral y ética del país, esa que a los 120 años de su nacimientos seguimos esperando.

Por eso, este miércoles 11 de octubre, a partir de las seis de la tarde, en la biblioteca Darío Echandía del Banco de la República, se celebrará la vigencia del pensamiento de este destacado hombre, que murió sin riqueza pero en la dignidad de ser uno de los más grandes del Tolima y de Colombia.  

La principal gestora de este evento, es la escritora y traductora Martha Esperanza Ramos de Echandía, una mujer sobresaliente también de Chaparral y apasionada por el legado de Echandía Olaya.