En los bajos de la Gobernación solo se habla de política. Ciudadanos del común o algunos veces funcionarios que toman tinto hacen sus cábalas de cómo quedará conformado el nuevo senado y cuántos tolimenses podrían llegar a representarnos en los próximos 4 años. Lo único cierto es que entre proyección o especulación salen verdades a relucir de las diferentes campañas.

Por el lado de los liberales se dice que todos están empujando el mismo barco para el senado y esa disciplina en pro de la candidatura de Olga Beatriz González está dando buenos frutos, entendiendo que el trabajo de los aspirantes a la Cámara en los diferentes escenarios les permite realizar este tipo de proselitismos.  

Por las toldas azules, se habla por ejemplo, que Adriana Magally Matiz, “la ungida” por el gobernador Óscar Barreto Quiroga, tiene ya cansados a muchos de los que por años han trabajado en las toldas azules. De su sencillez cuando inicio como Contralora queda muy poco y ahora con un tono arrogante y a veces desafiante ha permitido que muchos obreros de esa colectividad apoyen ahora a otros de sus copartidarios. 

Por el lado del aspirante y antes representante a la Cámara Hernando Cárdenas, la llegada desde hace un mes de Mauricio Pinto le ha caído como anillo al dedo. Dicen sus amigos que el trasegar con el mandatario seccional le ha llevado a convocar a muchos de los indecisos en los azules.

Por el lado del Centro Democrático, a nivel nacional informan que el hijo del ex presidente al senado Carlos García Orjuela, el hoy representante Pierre García sacará 20 mil votos. Se destaca que los García están trabajando en otros departamentos como el Caquetá donde también esta jalonando votos el candidato al senado por el partido de la U Carlos Edward Osorio. 

A Silvia Cristina Ortíz, aspirante a la Cámara por el Centro Democrático se le abona sus posturas frente a la cultura. Es quizás la única en ese partido que hace propuestas constructivas y está de lejos por encima de sus compartidarios que tienen como discurso despotricar de los demás. 

(También puede leer: ¿Qué se esconde detrás del proceso Barreto-Osorio?)