Todos coinciden en afirmar que debido a la alta abstención que se registró del 63.32 por ciento, la raquítica y pírrica victoria del No con el 18.42 por ciento, y la votación por el Sí del 18.26 por ciento, donde por escasos 53.894 votos se impusieron los del No, en un universo de menos 13 millones de votos, frente a la absoluta mayoría del pueblo colombiano que no participó, que dobla a los ganadores y perdedores, el plebiscito carece de la participación popular y tanto ganadores como perdedores se encuentran débiles del apoyo popular.

Además de la campaña de desinformación, tergiversación y manipulación que se hizo de los acuerdos, especialmente por algunos dirigentes del No, como lo confesó a Blu Radio, el senador y dirigente del Centro Democrático Juan Carlos Vélez.

Por lo tanto, surgen nuevas formulas para legitimar con un verdadero apoyo popular los acuerdos de La Habana. Entres las tres propuestas se conocen hasta el momento,  se encuentra  las movilizaciones populares, tomas de calles y plazas públicas por parte de la ciudadanía,  fuerzas sociales y políticas exigiendo un pronto acuerdo o consenso entre los representantes del Sí y el No, para solucionar la incertidumbre que sacude al país.

Otra es someter los acuerdos a su aprobación al Congreso de la república, como ente que expresa la representación popular y cuenta con las facultades para aprobar o improbar este tipo de actos; y una tercera es la proveniente del partido de la U, que propone la realización de un nuevo plebiscito  que garantice la verdadera participación de las mayorías verdaderas en la aprobación o negación del pacto del gobierno y las Farc, puesto que el empate técnico que se registro en la práctica no le da mayorías consistente a ninguno de los dos: ni el Sí ni el No.

Escoja usted con cuál se queda.

Por el momento, toman fuerza las movilizaciones en calles y plazas públicas, orientadas por los estudiantes de las diversas universidades, que piden la continuidad del proceso y una pronta solución para salir del abismo en que nos encontramos.