Si bien es un aspecto estructural de la economía local, cada vez toma más relevancia, especialmente cuando culmina un gobierno municipal que ha avanzado en materia de inversión social. Esto en temas como educación, con un total de $332.400 millones invertidos en infraestructura, alimentación y calidad educativa para los colegios públicos; salud, con la reapertura de 28 puestos en su mayoría ubicados en la zona rural; gestión del suelo para 23.759 viviendas VIP y VIS; así como sostenibilidad ambiental protegiendo parte de la zona del Cañón del Combeima con la compra de 483 hectáreas.

Por eso ahora los retos son mayores: centrar el debate y los esfuerzos en cómo cambiar el rumbo de una ciudad que cuenta con una industria casi inexistente, una economía microempresarial basada en el comercio y los servicios, con un alto nivel de desempleo que asciende al 14,2% de los habitantes del municipio que están aptos para laborar y con un empleo informal del 55.8% (por encima del promedio nacional del 48,6%).

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A lo anterior se suma una profunda descoordinación y desarticulación institucional. No obstante, Ibagué cuenta con un potencial enorme desde la vocación del territorio y un capital humano cada vez más crítico y con necesidad y ganas de mostrarle al mundo que Ibagué es una ciudad de oportunidades.

Por eso hay que aprovechar la coyuntura del cambio de gobierno para plantear una gran alianza en la que las universidades, la administración municipal y departamental, los gremios y la sociedad civil, y en general todos los actores públicos y privados, nos comprometamos a seguir una misma ruta para lograr que Ibagué sea una ciudad
productiva y competitiva, que base su sistema productivo en un desarrollo sustentable, generando empleo de calidad y con una educación pertinente para ello, tanto en lo rural como en lo urbano, con proyección nacional e internacional.

El empleo no es una cuestión que se pueda resolver solamente desde lo público. Es un compromiso y un esfuerzo conjunto de todos los actores que tienen la capacidad de dinamizar la economía local, y de mostrarle al país el potencial logístico, turístico, agroindustrial y cultural que tiene la ciudad.