Muchas caras nuevas y otras no tantas veremos en el escenario político en los próximos meses, todo gracias a las elecciones que se realizarán en marzo del 2018, cuando elijamos los seis representantes a la Cámara por el departamento del Tolima de las listas inscritas de los diferentes partidos en la región.

Da pereza y aburrimiento escuchar ya algunos con el mismo discurso “ventejueliero” donde se ataca al gobernador o alcalde para sacar una buena tajada de votos sin nada que proponer por el Tolima. De eso ya estamos cansados, o para la muestra un botón. La carretera fantasma del norte: Cambao – Líbano – Murillo – Manizales. Solo reuniones para la foto diciendo que se intentó pero no se logró. Nos ganaron en liderazgo los caldenses que tenían otros interéses.

Otros estarán pensando en trabajar con el eje central de atacar la corrupción, tema que debería estar implícito en los candidatos y no como caballo de batalla tratando de atraer nuevos votantes con discursos desgastados.

Lo único cierto es que escuchar radio después de la celebración de fiesta de Reyes será aburrido, porque estarán visitando las emisoras todos los candidatos hablando de lo divino y humano, solucionando el mal de amores, haciendo rifas espectaculares; prometiendo el paraíso, bajando impuestos; inclusive creando espacios creativos para que bajemos de peso sin el mayor esfuerzo.  

Por redes sociales veremos en imagen las verbenas modernas, fiestas con los adultos mayores bailando con ellos, cargando niños hasta de 3 años de edad. Llorando, riendo, abrazando; fotos alternativas con los jóvenes, pintando grafittis. En fin, la mayoría de ellos indicando que son los jóvenes del futuro que quieren llegar desde ya gobernar.

Ojalá no nos saquen corriendo y desde un trabajo serio donde se visite casa a casa y se le devuelva a la política el respeto de otrora, donde los ideales sean de izquierda, derecha, centro o lo que quieran, se conviertan en la columna vertebral de una campaña que tengo por seguro no partirá del respeto por el otro o por sus ideas, sino de crear mayor polarización y agresividad por el pensamiento de los otros.