Por: Renzo García - Excandidato Alcaldía de Ibagué

La propuesta de una Asamblea Nacional Constituyente que lanzó el Presidente Gustavo Petro ha sacudido el panorama político colombiano. Frente a este escenario, es imperativo recalcar la importancia de ejercer nuestra soberanía intelectual, evitando caer en la manipulación de los medios masivos de comunicación. La historia nos ha enseñado que la información es poder, y quien controla la narrativa mediática, controla en gran medida la percepción pública.

La convocatoria a la Constituyente no es un capricho presidencial, es un ejercicio democrático que busca revitalizar y actualizar los fundamentos de nuestra nación. El artículo 3 de la Constitución Política de Colombia nos recuerda que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien es el verdadero artífice del poder público.

De igual manera es imperativo subrayar que la propuesta del presidente no busca una reelección ni perpetuar su mandato, sino que responde a la necesidad de superar las limitaciones de los poderes establecidos por la constitución de 1991. Estos poderes han demostrado ser insuficientes para resolver problemas estructurales de la sociedad colombiana, pero además se niegan a debatir las reformas que clama a gritos el pueblo colombiano. 

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Los puntos clave que el Presidente Petro propone discutir son:

1. Cumplimiento del Acuerdo de Paz: Incluye una reforma agraria integral, la inclusión de territorios y poblaciones excluidas, y la verdad como pilar de la justicia.

 2. Condiciones Básicas de Existencia: Asegurar acceso a agua potable, salud y un ingreso digno para los mayores.

 3. Educación y Reforma Agraria: Recuperar y priorizar los objetivos de la constitución del 91 en estas áreas.

  4. Cambio Climático: Constitucionalizar la lucha contra el cambio climático y promover una economía baja en carbono.

  5. Política Monetaria: Que el Banco de la República, manteniendo su independencia, priorice el empleo y la producción nacional.

   6. Reordenamiento Territorial: Cumplir con la orden constitucional de reorganizar el territorio alrededor del agua, tarea pendiente del Congreso.

  7. Financiación de la Política: Separarla de los intereses privados para garantizar la transparencia y permitir equidad democrática.

  8. Reforma Judicial: Transformar el sistema de justicia hacia uno que busque la verdad, la reparación de las víctimas y la reconciliación social.

Los anteriores puntos son un llamado a la acción para todos los colombianos: participar, leer, discutir y entender las propuestas. No permitamos que otros decidan por nosotros. La constituyente es una oportunidad para que la voz del pueblo, como poder constituyente primario, sea escuchada y tenga un impacto real en la construcción de un país más justo y equitativo.