Hasta le fecha ninguna campaña de candidato que haga política en Ibagué me ha deslumbrado por su creatividad, más bien todo lo contrario, llenas de lugares comunes, eslogan que vienen de tiempo atrás. 

Debo rescatar aquellos que dentro de su quehacer social trabajan en campos como el enfoque de género, étnico; ambientalistas o animalistas. Lo demás es paisaje, aunque quieran venderlo como algo novedoso en redes sociales. 

Hay campañas de pobres y ricos, claro que sí. Algunos candidatos tolimenses al Senado tienen invadido todo el espacio público. Pero prefiero ver a los tolimenses en vallas, pasacalles y afiches que otros senadores que captan votos en nuestro departamento dejando luego ese vacío político difícil de llenar cuando se hace lobby al gobierno nacional.

Otros candidatos sacan con mucho esfuerzo uno o dos pasacalles por municipio y los muestran con orgullo, como la gran hazaña dentro de sus actividades proselitistas. Les abono su esfuerzo, pero en términos reales las maquinarias jugarán un papel preponderante en el mes de marzo y volveremos a la historia de campañas ricas vs campañas pobres en todo el sentido de la palabra.

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La resolución 0227 de 2021 del Consejo Nacional Electoral dice que “se fijan los límites a los montos de gastos de las campañas electorales de las listas de candidatos al Senado de la República y a la Cámara de Representantes para las elecciones de 2022, se establece el monto máximo que cada partido o movimiento con personería jurídica puede invertir en ellas, y se fija el valor de reposición por voto válido”.

Nos vamos a centrar en los artículos que hacen referencia al tope por partido político. Haciendo la tarea matemática básica, un candidato al Senado no puede superar los 3 mil millones de pesos. 

ARTÍCULO PRIMERO: Fijar el límite máximo del monto de gastos de las campañas de cada una de las listas de candidatos que se inscriban al Senado de la República en la circunscripción nacional ordinaria para las elecciones de 2022, en la suma de NOVENTA Y SEIS MIL DOSCIENTOS QUINCE MILLONES OCHOCIENTOS VEINTISIETE MIL DOSCIENTOS TREINTA Y UN PESOS M/CTE. ($96.215.827.231). 

Según Jhon Mario González, columnista y analista político en entrevista para el diario El Colombiano manifiesta que un candidato podría invertir hasta 15 mil millones de pesos en una campaña política, a pesar de que el Consejo Nacional Electoral permita menos de la mitad de esa cifra.

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“Las campañas son realmente costosas. Los topes permitidos por el CNE se ajustan muy pocas veces a las realidades que tienen los candidatos”, sostuvo el analista. Para González, la campaña de un candidato con popularidad alta podría ser más económica, invirtiendo entre $3 mil y $5 mil millones. “Para la Cámara y el Senado se pueden gastar los mismos montos, pero de forma ilegal. Cuando el CNE pide cuentas, a ellos se les facilita ‘maquillar’ las cifras y decir que gastaron menos”, indicó González.

El tope máximo permitido para la Cámara es de mil millones de pesos por candidato. Dice el artículo tercero

ARTÍCULO TERCERO. Fijar el límite máximo del monto de gastos de las campañas de cada una de las listas de candidatos inscrita a la Cámara de Representantes dentro de la Circunscripción internacional para las elecciones de 2022, en la suma de DOS MIL SEISCIENTOS CUARENTA Y UN MILLONES CINCUENTA Y UN MIL CUATROCIENTOS CINCUENTA Y SIETE M/CTE ($2.641.051.457). 

Ahora nos centramos en el artículo séptimo, el valor que reciben los candidatos por reposición de voto válido puede o no compensar la inversión que de manera altruista hacen los padres de la patria. 

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ARTÍCULO SEPTIMO. Fijar el valor a recibir por concepto de reposición por voto válido obtenido por los candidatos al Congreso de la República para las elecciones de 2022, en la suma de SEIS MIL CIENTO CUARENTA PESOS M/CTE ($6.140). 

Al hacer cuentas, un senador del Tolima que aspira a 200 mil votos como mínimo, es decir en reposición la Registraduría le regresaría un alto porcentaje de los 12 mil 280 millones de pesos. Un representante a la Cámara que saque 40 mil votos recibiría parte de los 2 mil 456 millones de pesos. 

En la lógica de la yuca, el tamal + los 50 mil pesos que dan en algunos lugares del país compensan y recompensan el trabajo de las maquinarias que bien engrasadas hacen que todo rinda y se vea bonito.