Por Carlos Alberto Estefan Upegui | Exgobernador del Tolima

A poco más de una semana de su triunfo, el nuevo mandatario de los colombianos ha logrado consolidar mayorías en el Congreso de la República; su voluntad de paz es evidente; y así mismo, afianzó desde ahora sus buenas relaciones con el Presidente Biden de los Estados Unidos y muy pronto restablecerá la relación comercial con el vecino país de Venezuela. 

Circunstancias, todas de buen recibo de parte de los ciudadanos, en su mayoría, faltando por conocerse el pronunciamiento de los gremios empresariales, entre ellos de sectores como la salud y los hidrocarburos, aunque los del sector agropecuario se han adelantado a expresar su disposición a colaborar. Lo hizo la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC y de manera aún más explícita la Federación Nacional de Cerealistas, FENALCE, que se declaró "aliada del gobierno Petro" para sacar adelante el sector agropecuario.

No vemos entonces donde está el "Castrochavismo" del que nos habló la paranoica oposición, ni el "asalto" a la propiedad privada que tanto se temía, ni la desbandada de inversionistas anunciada por temor de los que hubiesen deseado que el ganador fuera Rodolfo, a quien a propósito ya lo vimos estrechando su mano con la de su contendor electo.

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Ya quisiera Venezuela tener un ministro, como José Antonio Ocampo, o un Canciller de la talla, experiencia, conocimientos y capacidad de negociación de Álvaro Leiva Durán.

Dos nombres en un Gabinete que de mantenerse el mismo patrón de escogencia, represa la mejor demostración de ponderación mesura y acierto para una gestión exitosa, muy superior al de los cuatro años del mandato que ahora termina. 

No se avizora tal debacle, no son ciertas, por lo menos hasta ahora, las predicciones apocalípticas utilizadas para desestabilizar emocionalmente al país de parte de quienes solo esperaban que todo saliera mal y así satisfacer su odio y envidia; personas interesadas en exagerar y dibujar un panorama desolador cuando realmente es todo lo contrario.

Así las cosas, este proyecto llamado de izquierda podría contar con un margen de maniobra mayor en el Legislativo al de muchos gobiernos de derecha que le anteceden.

No solamente se consolidó la bancada de Gobierno, sino que varios partidos dejaran de ser oposición dentro del marco de un “Gran Acuerdo Nacional”.
 Lo que existe, según vemos, es voluntad política, sin la cual será difícil mantener cualquier acuerdo.

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De otro lado, paradójicamente los que menos deberían preocuparse, ya andaban hablando mal de la Reforma Tributaria, a pesar de saberse que es para proteger a los más necesitados.

No vaya y resulte que sus mismos electores sean ahora quienes se conviertan en una piedra en el zapato.

"Cría cuervos que te sacarán los ojos", dice el refrán.