Nosotros en Ibagué, no hemos sido eficientes y creativos en este aspecto; hoy el campo es mucho más que un espacio geográfico, un tanto aislado  que está destinado a satisfacer las demandas de abastecimiento alimenticio de las urbes; es urgente y necesario hacer una nueva lectura de esta realidad.
Es necesario trabajar en que el turismo rural se compatibilice con la sostenibilidad ambiental, que en términos muy sencillos no es otra cosa que el respeto por la biodiversidad, la cultura local, el agua y por supuesto respetando los territorios la visión de la transformación desde las comunidades. 

Todo esto, permitirá determinar la posibilidad de un cálculo económico de la explotación turística de los territorios rurales.

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Esto supone un necesario ajuste y conciliación entre la transformación de los espacios rurales, la superación de los desequilibrios sociales, económicos  y las demandas del turismo. 
En los espacios rurales se vislumbran una serie de nuevos servicios y productos que se configuran como  alternativas productivas y de desarrollo integral para las personas y su entorno.
Pienso en granjas agroecológicas y en casas rurales acondicionadas para recibir  viajeros, caminantes, ecologistas, observadores de flora y fauna, fotógrafos, entre otros, donde se ofrezcan servicios de albergue, de guías y alimentación.

Hoy las personas están deseosas de reconciliarse con la naturaleza y lograr estilos de vida más saludables, esto debido en gran parte  a la complejidad del mundo actual que nos ha cambiado el horizonte con la invasión de grandes construcciones de cemento, la contaminación, las demandas del consumo y el agotamiento tecnológico. 

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Unos espacios de mayor sosiego y de posibilidades de encuentro con uno mismo, nos permite alejarnos de muchas consecuencias de la estresante vida cotidiana  en las ciudades .

La potencialidad de Ibagué para el turismo rural -ambiental es infinita; tenemos ríos, cascadas, termales, variedad de  pisos términos, volcanes activos, rutas de exploración, variedad de flora y fauna.

Es necesario diseñar rutas  de observación de aves, de senderismo, de acceso seguro a volcanes, de navegación deportiva por ríos y eventos como festivales gastronómicos, observación de  aves, recorridos por el valle de las palmas de cera, así como reconstruir la ruta del Libertador y la ruta de la expedición botánica de Mutis. 

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También debemos rescatar esa importante vocación musical de nuestros campesinos con miras al Festival Folclórico del campesino  colombiano, paralelo al actual Festival Folclórico en junio, asimismo debemos llevar las presentaciones musicales de todos los eventos culturales que se realizan en la ciudad, hasta los lugares más aparatos del municipio.

Desde el Concejo, nos comprometimos  a cumplir los compromisos relacionados con el turismo rural que hemos enunciado y para eso realizaremos todas las gestiones necesarias para impulsar la creación de la Agencia de Promoción e Inversión, no como una entidad burocrática, sino como un ente que concerte recursos y acciones públicas y privadas en pro del empleo, emprendimiento, la cultura y el turismo local.