Los nacidos en la década de los 60 (1968 en mi caso) hemos sido testigos de excepción de los cambios, a mi juicio, más trascendentales de la humanidad en todos los ámbitos y especialmente en diversos campos de la tecnología. Es así como los nacidos en la década del 60 conocimos la evolución de la Televisión arrancando con esos televisores gigantes a blanco y negro basados en tubos al vacío y donde el mejor sintonizador era el golpe seco en la parte superior del cajón, pasando luego a la televisión a color manteniendo el tamaño voluminoso pero ganando no solo en el color sino en la calidad de las imágenes y así sucesivamente la evolución hasta llegar a los equipos extra planos de hoy en día con resoluciones increíbles de no sé cuántas “K”.

Y qué decir de los reproductores de música o los famosos equipos de sonido donde reproducíamos música en discos de vinilo (están de vuelta y de moda) de 33, 45 y 78 revoluciones, nada que ver con los reproductores mp3 de hoy  o los servicios de streaming. Y para terminar con los ejemplos que tal si recordamos como eran las llamadas telefónicas, si es que había teléfono en la casa, o si nos tocaba ir a la oficina de Telecom más cercana y pedir a la operadora la llamada, hoy no solamente todos absolutamente todos tenemos al menos un teléfono sino que a través de ese “teléfono” podemos acceder a cualquier persona en cualquier lugar del mundo con diferentes opciones de medio de comunicación.

El mundo de los negocios, como es obvio, no es ajeno a estos cambios y el objetivo de esta columna más que resaltar estos cambios y sus efectos en la manera de hacer negocios es hacer conciencia de uso y alineamiento de nuestros negocios para no quedarnos atrás, para no perder clientes, para acceder a los mejores precios de compra, para alcanzar nuevos mercados, para innovar y reinventarnos, etc. 

Cada día amanecemos en un nuevo mundo y no podemos seguir ajenos, debemos ser participantes activos desde nuestras orillas y con las reseñas y opiniones plasmadas aquí espero aportar un granito de arena en este propósito.

Por Luis Felipe Lugo

Consultor en Tecnologías de la Información.