La realidad de los periodistas en los medios de comunicación en Colombia nos lleva a reflexionar sobre nuestro papel en la construcción de sociedad. Somos periodistas que al estar en un medio de comunicación nos convertimos en una fuente de autoridad pública y nuestra función se centra en informar y no en ser los inquisidores del acontecer cotidiano.

Se convirtió en regla que juzguemos desde los medios de comunicación como lo plantea en su libro Comunicación y Mundos Posibles el epistemólogo español Juan José García Noblejas. No alcanzan a llegar los casos a la justicia ordinaria cuando ya actuamos como fiscales y dejamos la presunción de inocencia a un lado.  Y como dice el refrán: “de la calumnia algo queda”.

Ese afán por informar, ser los primeros en dar la chiva sigue vigente dejando la fuente de información en un segundo plano, porque lo importante es lo que piense el periodista o en su defecto la filosofía del medio de comunicación, convirtiendo a los espectadores en sujetos pasivos que cumplen una función social única como es la de pagar impuestos. Ver artículo revista Semana.

Como lectores de los diferentes medios de comunicación no alcanzamos a hacer pactos de lectura donde se ofrezca un explicación mayor a los mismos hechos. El diario El Colombiano de Medellín es quizás uno de los pocos en el país que logra contextualizar a la opinión pública cada vez que emite notas de interés mayor. De resto se deja todo a merced de la interpretación de las “realidades” por parte de los periodistas que transmiten a las audiencias, generando muchas veces mensajes totalitarios, donde no queda lugar a la reflexión.

La invitación desde el cronista es a dejarle esa tarea al cibernauta, a partir de elementos conceptuales donde quede lugar a sacar conclusiones propias desde las historias a contar.   Esperamos nos ayuden en esa tarea porque nuestra cosmovisión se convierte en nuestra visión al momento de escribir un hecho y podemos pecar también.