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Un poema de reflexión para iniciar un nuevo año

Un poema de reflexión para iniciar un nuevo año
 

Un amigo nos hizo llegar por WhatsAsapp, este escrito de de Mario de Andrade (1893-1945), poeta, novelista y musicólogo  brasilero, uno de los fundadores del modernismo de su país,  que hoy queremos compartir con ustedes, porque más que un poema es una nota de reflexión cuando nos damos cuenta que el paso de los años es inexorable y que el tiempo no perdona.

 

Es una lectura breve para cavilar en el primer día de 2917, y entender también que el problema no es la edad ni los años sino la madurez, además,  nos hace entender que no debemos perder el tiempo en cosas casuales e intrascendentes sino vivir la vida con el profundo significado que ella tiene. En una palabra: la vida es corta para perder el tiempo en pendejadas. Este es el poema meditación:

 

MI ALMA TIENE PRISA  (Poema Golosinas)

 

Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora…

 

Me siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces: los primeros los comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a saborearlos profundamente.

 

Ya no tengo tiempo para reuniones interminables donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.

 

Ya no tengo tiempo para soportar a personas absurdas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido

 

Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.

 

Quiero la esencia, mi alma tiene prisa…

 

Sin muchos dulces en el paquete…

 

Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.

 

Que sepa reír, de sus errores.

 

Que no se envanezca, con sus triunfos.

 

Que no se considere electa, antes de hora.

 

Que no huya, de sus responsabilidades.

 

Que defienda, la dignidad humana.

 

Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.

 

Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.

 

Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas…

 

Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.

 

Sí… tengo prisa… por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.

 

Pretendo no desperdiciar parte alguna de los dulces que me quedan…

 

Estoy seguro que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido.

 

Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.

 

Tenemos dos vidas y la segunda comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una.

 

 

Foto: Tomada de Internet del poema de Mario de Andrade

 

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