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Opinión

Ahogar a Cajamarca

Ahogar a Cajamarca

La noticia de la empresa minera que se va de Cajamarca de manera temporal tiene varias lecturas a realizar, la primera de ellas es la equivocación en la estrategia general de acompañamiento comunitario por varios años, en especial en proyectos del sector agropecuario. Ver nota de retiro Anglogold.

Hablan de 250 empleos directos que se “pierden” por culpa de la decisión en la consulta popular, la mayoría de estos de personas del mismo municipio, y de los proyectos que apoyaban año tras año en especial con los jóvenes de las diferentes veredas.  Eso sin contar los recursos que por materia de impuestos entraban a las arcas del municipio.

Más allá de las realidades que expresan voceros de Anglo Gold hay otras miradas que deben ser respetadas a largo plazo, la de los ambientalistas que desde ejemplos como el de Cerrejón o en Antioquia nos muestra que el dicho popular “donde hay mina hay ruina” es una realidad que no se tapa así de fácil.  (Leer artículo de lo que pasa en Ataco)

Todos debemos arropar a Cajamarca, no dejarlo solo como lo ha hecho el gobierno central que teniendo las herramientas necesarias para el cumplimiento de las obligaciones de las multinacionales y  empresas que van a ganar grandes sumas de dinero no exigen y dejan hacer y pasar los compromisos de ley que tienen. Se suman a la Nación los alcaldes anteriores que no entablaron las obligaciones legales correspondientes para el pago de impuestos como el predial o sobretasa a la gasolina tal como lo denunciara el ex alcalde William Hernando Poveda en el mes de abril de 2016.

Expresaba el mandatario local su preocupación por la deuda de la empresa  Unión Temporal Segundo Centenario, y que asciende a más de 20 mil millones de pesos, dinero que hoy sería la tabla de salvación, porque con la ausencia de la minera la alcaldía debe ya tener un plan de contingencia de emprendimiento que ayude a la dinámica propia de desarrollo del municipio.

La Gobernación igual, es que estamos hablando de la dispensa agrícola por excelencia de Colombia, es decir el banco de alimentos más grande de la zona centro del país. Y del letargo en la toma de decisiones desde lo regional o local puede crear una catástrofe social y alimentaria.  No hablo de la Nación porque su locomotora minera pretende es ahogar al municipio, dejarlo en ruina para crear la necesidad de la llegada de la empresa minera con otro nombre inclusive pero como la gran salvadora para sus pobladores.

Ojalá con la reanudación de las obras del Túnel de la Línea las autoridades exijan el cumplimiento desde lo legal, porque desde lo ambiental ya perdimos el año. Y así como tenemos ejemplo negativos, creo desde mi perspectiva que el trabajo realizado por el Consorcio Gica, empresa responsable de la construcción de los 35,1 kilómetros de la doble calzada Ibagué – Cajamarca nos permite ver que las monedas no tienen siempre la cara o el sello, sino que existen dos caminos viables que se pueden tomar en donde todos ganemos, siempre y cuando exista un Estado desde lo local hasta lo nacional eficiente.

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