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Reflexión de un ciudadano ibaguereño

Por Wilson Pérez
La semana pasada me pasó un caso particular. Vinieron de visita a Ibagué familiares de Bucaramanga, Cali y Medellín y sentí "pena ajena" al llevarlos a recorrer la ciudad. De pasar a disfrutar de los sectores turísticos y bonitos de Ibagué, pasó a ser tema principal el estado de las vías. Palabras textuales: "las calles buenas de Ibagué son iguales a las calles en mal estado de nuestras ciudades" y recordé, al comparar nuestras calles con estas ciudades y es verdad, nada qué ver de nuestras vías y de la modernización de ellas.
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Cómo comparar (por ejemplo en Bucaramanga) un puente (que une la ciudad) llamado El Viaducto o García Cadena que se construyó con 4 carriles (dos al norte y dos al sur) y que a medida que crecía la ciudad fueron aumentándole carriles, pasando a 10 carriles en la actualidad, eso es pensar en movilidad. Pensar que en tan solo 6 meses en Piedecuesta (ciudad del área Metropolitana de Bucaramanga) construyeron un intercambiador o glorieta con deprimido incluido que descongestiona el tráfico que ingresa de Bogotá de una manera muy eficiente y sin problemas financieros, sin adiciones, sin escándalos de corrupción... y aquí no hemos podido con una glorieta en la 60 con 5°.
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Cómo entender que en esas ciudades primero se arreglaron las vías y luego se creó la famosa Ambulancia Vial, y así intervenir de manera oportuna los huecos que van apareciendo y esa manera las vías siempre están en perfecto estado. Cómo explicarles que entre Los Venados y Santa Ana (que es la cara de ingreso a Ibagué de nuestros turistas) existe una vía tan destruida, la cual pasa de 4 carriles a 2 o inclusive a 1 de un momento a otro, donde no hay señalización.
Pero si hablamos del ingreso a la ciudad por Armenia, la cosa está igual o peor, desde Boquerón hasta el Terminal de Transportes es un acabadero de vehículos, sin señalización, sin andenes, sin iluminación, donde llegar a "La Vuelta del Chivo" da pánico y ni se le ocurra quedarse varado en este sector.
Cómo explicarles que la ciudad hizo una inversión en alumbrado público (donde una luminaria casi duplica en costo a las de las otras ciudades) que es deficiente, donde ya se encuentran averiadas, donde al comparar la intensidad de luz, las luminarias led de Bucaramanga y Medellín triplican su capacidad (y no se han dañado, y si se dañan las reparan tan rápido que uno ni cuenta se da).
Cómo explicarles que el sistema de la red semafórica de Ibagué es comparable con el sistema de "Rocadura" (ciudad de los Picapiedra), donde cada vez que llueve o truena los semáforos se apagan, o que la sincronización entre ellos es tan mala, que hacen parte de los factores de congestión en la ciudad, ya que funcionan al revés.
Cómo explicarles que el sistema de transporte de Ibagué está monopolizado y que hacen lo que se les da la gana, que el parque automotor está compuesto de buses viejos, obsoletos, incómodos y que generan la contaminación más grande de los actores viales.
Cómo explicarles a mis familiares que las busetas se estacionan donde se les da la gana, que los paraderos son solo adornos. Que las chivas rumberas pasaron de ser un atractivo turístico a ser parte del problema de la congestión vehicular, andan también por la izquierda sin dejarle paso a nadie, pareciera que desconocen el Art. 68 del Código Nacional de Tránsito... y detrás de ellas un trancón impresionante de vehículos queriendo adelantar, pero como el "pitecantropus" que conduce por el lado izquierdo no deja pasar a nadie, la ciudad simplemente empieza a colapsar.
Y si de motos hablamos... el problema se agranda, ya que solo basta mirar la estadística de accidentes viales diarios en la ciudad y la respuesta llegará por sí sola: para tener moto solo hay que tener la cédula (legalmente hablando).
Como explicarles a mis familiares que al llegar a cada semáforo hay que subir los vidrios, porque podemos ser víctimas de la bandola de los "limpiavidrios" (que aunque los intentan controlar, sólo basta esperar un par de semanas y vuelven a atacar).
Cómo explicarles que en Ibagué si llueve fuerte, el agua se va, pero si hace sol... también, que aquí no existen estudios ni planeación para otorgar permisos de construcción, que la ciudad es un desorden y por eso el atraso que evidencia frente a otras ciudades. Y nosotros mientras tanto.... conformándonos con videos y publicidad de TikTok. No sé cómo explicarles esto a quienes me visitarán para las fiestas del Festival Folclórico Colombiano.
Así que dejen de aplaudir como monos cuando inauguran obras, pues éstas no son un regalo y mucho menos hay que agradecer, es una obligación y compromiso de los gobernantes, en este caso la Alcaldesa de Ibagué, porque esas obras es con nuestro dinero, de nuestros impuestos, aquí no hay nada que agradecer, con nuestros impuestos no sólo pagamos esas obras sino también las adiciones y sobrecostos y también con esa plata de los impuestos se pagan los salarios de la Alcaldesa y los Concejales. Es hora de despertar. Tras de ladrones... bufones!!!
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