Columnistas
Impedir el regreso de la barbarie

Por Guillermo Pérez Flórez
*Abogado-periodista
Este episodio revive épocas dolorosas de infeliz recordación. Vienen a la memoria nacional los recuerdos de los niños sicarios de los años ochenta, cuando asesinaron al ministro Rodrigo Lara Bonilla, que marcaron el inicio de un baño de sangre que no puede repetirse. Cuántas vidas se perdieron de la manera más inútil en esa etapa. Dios nos ampare y nos libre. El país no se puede dejar arrastrar a esas épocas. Hay que desactivar cualquier intento de devolvernos a ese pasado nefasto. La violencia homicida no debe regresar.
El Gobierno, con el presidente de la República a la cabeza, tiene la responsabilidad de rodear de garantías a todos los sectores políticos, y moverse con prontitud a establecer las responsabilidades materiales e intelectuales de este atentado. Los propósitos desestabilizadores son evidentes.
Es difícil creer que los autores materiales hayan actuado de manera autónoma y por su propia iniciativa. Hay manos criminales detrás de estos hechos. Y les corresponde a las autoridades judiciales y de investigación identificar, procesar y castigar a los responsables. El Estado colombiano dispone de suficientes instrumentos de inteligencia y tecnología para identificarlos. Demandamos que estos hechos se esclarezcan pronto.
Adicionalmente, es necesaria una reflexión sobre la necesidad de desescalar la intolerancia verbal que viene alimentando al debate político. Desafortunadamente, muy pocos pueden tirar la primera piedra, pues pareciera existir una competencia por ver quién tiene mayor capacidad para agredir y descalificar a los adversarios. El lenguaje se ha degradado a niveles inadmisibles. No sólo en el ámbito político, sino desde los medios de comunicación y las famosas redes sociales, convertidas en fábricas de odio y fanatismo. La ciudadanía debe rechazar sin ambages cualquier manifestación que dañe los mínimos de convivencia.
Esperamos de los partidos políticos, de los líderes de opinión, de los candidatos presidenciales una reacción unánime y decidida en defensa de la vida, la democracia y el respeto por la diferencia. Este es el momento de trazar una línea infranqueable contra la barbarie y contra cualquier forma de justificación del odio.
La historia nos juzgará por lo que hagamos —o dejemos de hacer— frente a esta amenaza, y por lo que digamos o dejemos de decir, para detener la barbarie. Finalmente, nuestra total solidaridad con el senador Uribe Turbay y su familia. Hacemos votos por su vida y pronto restablecimiento.
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