Columnistas
El valor de decir la verdad y el poder que define la próxima invasión
Por Fernando Moreno
*Administrador de Empresas de la UT.
Veedor ciudadano
La derecha gringa y sus lacayos del hemisferio nos han definido un marco que corresponde a la realidad que ellos pretenden implantarnos, negando la ciencia que fue desarrollada por hombres europeos, por norteamericanos y que pretenden eliminar esa discusión global planteada por un pensador que acude a la ciencia para entender y pronosticar lo que puede ocurrir en los próximos 10 años.
El problema es que lo está diciendo un hombre de otra latitud y frente a la humanidad en defensa de los más humildes quienes no están librando una guerra, porque la realidad es que los están matando a un ritmo acelerado. El presidente Trump por su parte agregó desde su teoría idealista, la negación para la humanidad en poder acceder a ese mundo real que planteó Petro para los próximos 10 años, para crear un ejército global que frene la masacre en Gaza y para el establecimiento de las energías renovables desde Suramérica para el consumo industrial en los EEUU como parte a la remediación y el freno a que esos 10 años del no retorno, se puedan postergar en el tiempo, mientras el mundo actual crea otras reglas en el juego del ajedrez global para que exista el tablero donde jugamos; en nuestro caso la existencia del planeta que se traduce en la existencia de la vida misma. Para el estado profundo de los EEUU no existen reglas y como tal no existe el ajedrez.
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El calentamiento global ha dejado otra realidad incómoda para ese poder económico que maneja las riendas de las decisiones en lo político del modelo neoliberal, no solo en los EEUU; también para esas derechas que sobreviven y agonizan en el mantenimiento del poder, seguir obedeciendo al modelo decadente que se quiere llevar al planeta por delante, pues al entender los cambios ocurridos en el hemisferio y más específico en el canal de Panamá, porque las esclusas ya no cuentan con la misma disponibilidad de agua para mantener el flujo normal de los barcos que pasan por allí y que deja un embudo para el paso de los buques, en su mayoría gringos y chinos; define entonces la próxima invasión.
Esta razón también se sustenta porque el proyecto del canal de Nicaragua, tiene problemas ambientales que no han permitido el desarrollo de la mega obra. El momento geopolítico de la invasión para tomar el petróleo venezolano, ahora se puede trasladar a Colombia, pero ya no por el petróleo y en consecuencia será el paso por el tapón del Darién, por donde pasan los inmigrantes ilegales en dirección a los EEUU, pues el río Atrato sería la vía para iniciar otro desastre natural porque los intereses económicos van a ubicar un lugar estratégico para el manejo de las mercancías entre los dos mares; también el puerto multimodal que dio idea el gobierno progresista pero como proyecto vanguardista y porque el impacto ambiental es mínimo, frente al canal sobre el río Atrato.
Esa redenominación de la realidad es incómoda para las derechas globales porque deja de lado las decisiones de ellos y porque el pueblo colombiano está emancipado frente a las pretensiones de la derecha, los símbolos que incomodan a los gringos y la manifestación callejera en New York, donde asistieron personajes como Petro y Roger Waters, incomoda la libertad de expresión que provocó la cancelación de la visa al presidente.
Por lo pronto estamos viviendo en paz, mientras la derecha no tome el poder político que se traduce en tomar el poder militar para que inicie de nuevo la masacre, en el afán de mantener sometida a la sociedad colombiana porque los medios hegemónicos de desinformación ya están haciendo lo propio; claro que no faltará el cura feliz porque después de haber dado la misa exprese la satisfacción de haber incorporado a esos ignorantes de Dios en las ovejas obedientes de derechas.
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