Columnistas
El reto ciudadano: Elegir coherencia más allá de personajes
Por Manuela Ospina Varón
Petro llegó al poder con una promesa: transformar el país. Pero un verdadero transformador se mide por su capacidad de hacer coincidir palabras con hechos. La incoherencia no solo desgasta su figura, sino que también erosiona la confianza ciudadana en la política como herramienta de cambio.
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Más allá de las luces y sombras de Gustavo Petro, lo que debería preocuparnos como ciudadanos es cómo estas contradicciones afectan nuestra relación con la democracia.
De cara a las próximas elecciones, el verdadero desafío no es quedarnos atrapados en la figura de un solo líder —idolatrando o rechazando —, sino reflexionar con madurez sobre el tipo de país que queremos construir: uno que premie la coherencia, la seriedad en la gestión pública y la capacidad de transformar el discurso en resultados. Solo así podremos superar la política de personajes y avanzar hacia instituciones más sólidas y responsables.
Y aquí surge la pregunta que nos toca a todos, en especial a los jóvenes: ¿vamos a seguir atrapados en la figura de un líder o vamos a pensar con madurez en qué país queremos construir?
En mi opinión, no se trata de un nombre, se trata de nuestra capacidad ciudadana para elegir con conciencia y con la mirada puesta en el futuro, apostar por instituciones que respondan de verdad a las necesidades de la sociedad.
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