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Colombia rompe con el FMI: ¿qué significa y cómo nos afecta?

Colombia rompe con el FMI: ¿qué significa y cómo nos afecta?

Por Manuela Ospina Varón


El Fondo Monetario Internacional (FMI) funciona como un “banco de emergencia” mundial: presta dinero y ofrece seguros financieros a países cuando enfrentan crisis económicas. Para muchos, su nombre suena lejano, pero sus decisiones pueden afectar desde el precio del café hasta los créditos de vivienda.

Colombia contaba con uno de esos seguros: la Línea de Crédito Flexible (LCF). No era dinero usado todos los días, sino un respaldo por si llegaba una crisis —como una caída en las exportaciones, turbulencias en el mercado internacional o fuga de capitales— que pudiera poner en aprietos la economía.

El presidente Gustavo Petro anunció que Colombia no renovará la LCF con el FMI. Según él, las deudas heredadas del gobierno anterior (Duque) ya fueron pagadas y, desde enero, el país estaría libre de compromisos con el Fondo (Radio Nacional, 30/09/2025).

El Banco de la República aclaró que esta decisión no afecta los pagos ya programados y que las reservas internacionales del país, que rondan los USD 65.500 millones, podrían cubrir eventualidades (Infobae, 30/09/2025).

Pero, ¿realmente esto nos deja más tranquilos o solo nos da una falsa sensación de seguridad?

Cancelar la línea de crédito no es un ahorro “gratis”. Sí, se deja de pagar la prima de ese seguro, pero el costo de enfrentar una crisis inesperada podría ser mucho mayor.

Se pierde una red de protección: sin la LCF, Colombia queda más expuesta si ocurre una turbulencia externa.

Mayor costo del crédito: los inversionistas podrían exigir tasas más altas al percibir mayor riesgo.

Señal negativa: más que independencia, algunos analistas lo ven como un aislamiento en un contexto de deuda creciente y déficit fiscal.

En otras palabras, el ahorro inmediato es mínimo, pero el riesgo de un golpe macroeconómico es alto.

Para entender la magnitud del riesgo, basta mirar los números:

En mayo de 2025, la deuda externa (pública + privada) de Colombia llegó a USD 207.657 millones, cerca del 49,2 % del PIB (La República, 27/08/2025).

De ese total, USD 116.774 millones son deuda pública y USD 90.882 millones privada (El Colombiano, 27/08/2025).

Proyecciones apuntan a que hacia 2026 la deuda podría escalar hasta 63,8 % del PIB, lo que hace que cualquier choque externo pueda sentirse mucho más fuerte (Fedesarrollo, junio 2025).

Es verdad que los países más ricos pueden endeudarse más: tienen monedas fuertes, ingresos fiscales sólidos y mercados de capital profundos. Colombia, en cambio, es un país emergente:

Su moneda puede ser volátil.

Su base tributaria es débil.

Su déficit fiscal ya es alto.

Aunque podemos pedir más crédito, hacerlo sin un seguro como el FMI nos hace más vulnerables. Es como manejar por una carretera llena de huecos con un carro que ya está medio descompuesto: un choque puede costarte mucho más que el ahorro de no pagar el seguro.

No es momento de mirar para otro lado. La deuda y las decisiones financieras del gobierno nos afectan a todos: desde los negocios pequeños hasta los ciudadanos que piden un crédito hipotecario. Informémonos, cuestionemos y exijamos transparencia. Cada decisión económica de hoy puede determinar si mañana enfrentamos un bache grande… o un choque que nos deje sin margen de maniobra.

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