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El martirio de habitantes de Alminar Samoa en Ibagué cada día se agrava más
Las imágenes hablan solas del estado de abandono en que el IBAL dejó la obra
Están cansados. Ya no saben a quién más acudir. La obra de conducción entre el tanque de La Pola y el conjunto residencial Alminar Samoa, donde habitan 900 familias, que de acuerdo con el contrato del IBAL 099 de 2023, estaba prevista para entregarse en el pasado mes de febrero, hoy se ha convertido en un riesgo para la salud e integridad física de toda la comunidad de este vasto sector de la ciudad.
Al problema de falta de agua potable, se les ha agregado el de esta obra abandonada, y lo peor es que nadie responde. Ante esa situación, dos veedurías, una que nació en el mismo complejo habitacional Alminar Samoa y la Unión de Veedurías por el Agua, UVA, reiteran el clamor ante la Procuraduría de Asuntos Ambientales y Agrarios de Ibagué y la Personería Municipal, para que desde estas dos instancias intercedan a fin de que el IBAL termine la obra.
“Diariamente la vida de cientos de niños, niñas y en general los propios habitantes del sector y del conjunto, están en constante peligro debido, sobre todo, a las zanjas que dejaron abiertas. Ya ha habido accidentes”, dicen voceros de la veeduría UVA.
Pero no es solo que se culmine la obra de conducción, el pedido también a la Procuraduría y Personería va encaminado para que se instaure una tutela a la Alcaldía de Ibagué y el IBAL por el incumplimiento a lo ordenado por la Corte Constitucional en su fallo Tutela T/476 de 2019 en la que se amparaba a las familias de Alminar Samoa el derecho a tener agua potable constante y suficiente.
El mal estado de la vía, producto de la situación crítica del alcantarillado es otro de los dolores de cabeza que enfrentan, pues es el único punto de acceso que tienen y esta se convirtió en un camino de herradura, por donde pasa la ruta 53, única también para el ingreso al sector de El Triunfo.
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