Aunque la canción tradicional que escuchamos cada diciembre y a la que nos acostumbramos para darle la bienvenida a una de las épocas más hermosas del año, dónde padres, hermanos, abuelos, primos, amigos nos abrazamos y nos deseamos los mejores parabienes.

Sin embargo, esta fiesta con el correr de los años se ha convertido en una parranda más comercial que religiosa o de verdadero encuentro familiar o social, pues ya no se piensa en la celebración del nacimiento del creador, sino cómo vamos a decorar nuestro árbol de Navidad, con lo que está de moda, las luces que envuelven el frente de nuestras casas, las bolas de colores rojo, verde y dorado, así como la natilla, los buñuelos, el delicioso dulce de Nochebuena y los ricos tamales que no deben faltar en nuestras mesas, durante las cenas de navidad y año nuevo.

Pese a la crisis que estamos afrontando por los ajustes que el nuevo gobierno va a realizar con su reforma tributaria, el ambiente se mantiene, porque, aunque a pesar de no botar la casa por la ventana, los ibaguereños se miden en los gastos para comprar los adornos que vayan acorde con el consumismo de esta época que se avecina.

Sin embargo, por nuestro ambiente, nuestra idiosincrasia, nuestra alegría, comenzamos a colocar la decoración de manera anticipada, no sólo en las casas, sino en los centros comerciales, parques, cuadras enteras y hasta en el más humilde rincón de la ciudad, desde este mes.

Las bodegas que venden desde una pequeña campana, hasta árboles de más de 2 metros, imponen sus precios con ofertas, los cuales se disparan hacia finales de noviembre.

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Por eso y aunque existan personas con presupuesto bajo, siempre buscan llevar a su casa adornos, para alegrar el ambiente de los niños y de quienes la habitan.

Para este año, cuenta Gabriela una empleada de la bodega, dice que las nuevas tendencias en decoración son los moños grandes para el árbol de navidad, las espigas de colores, con flores dorado y rojo.

Dice que para esta navidad 2018, no pegan fuerte los muñecos y las bolas o esferas, sin embargo, las guirnaldas se imponen.

El presupuesto para hacer una buena compra es de un millón de pesos señala esta vendedora, ya que un nacimiento en plástico esta en 100 mil pesos y una flor de navidad está en 9 mil pesos.

Además, las casas para el pesebre están desde 50 mil hasta 140 mil pesos.

Hay gente que se queja dice esta joven mujer, porque señalan que los precios están muy caros. Por otra parte, el costo de las luces no es alto, pero la luz pulpo es la que se impone mucho en colores fucsia, azules y morados.

Los arreglos para las mesas son costosos por eso los ibaguereños compran el material y prefieren hacerlo en sus casas, en si llevan lo necesario como guirnaldas, dice Gabriela.

Un pie de árbol es costoso porque están desde 150 mil pesos, debido a que estos llevan las luces en su interior. Además, los animales para el pesebre también pueden costar entre 20 y 30 mil pesos.

Y así día a día y faltando pocas semanas para iniciar el último mes del año, el consumismo se apodera de todos y de quienes gustan de estas celebraciones que pretenden refugiarse de sus problemas buscando que el 2019, sea el mejor de todos.