‘Es de todos…es de aquí’, es el lema que se metió en el corazón de los tolimenses, en especial Ibagué, donde la firma Mercancentro tiene la mayor presencia institucional.

Con ese lema se despertó un sentido de pertenencia importante que se acrecentó aún más cuando esta marca se convirtió en uno de los grandes patrocinadores del Deportes Tolima. Lo cierto es que los tolimenses sienten que Mercancentro les pertenece, de ahí que desde hace unos meses a este portal empezaron a llegar comentarios, quejas, donde se expresan opiniones de inconformismo, pues consideran que en Mercacentro se descuidó el buen servicio al cliente, algo que lo distinguía.

“Desde que ya no estuvo más don Carlos Alvarado, Mercacentro no volvió a ser el mismo. En medio de su humildad fácilmente uno se lo encontraba como cualquier empleado, acomodando los carritos donde se hace el mercado, o caminando el almacén, pendiente de que todo estuviera funcionando bien, varias veces lo vi en esa condición en el Mercacentro del Poblado y eso a uno lo llenaba de alegría y más ganas le daba a uno de ser cliente fiel de Mercacentro, pero ahora encuentra mucho descuido en la atención a la gente, no todos porque hay empleados que se esmeran, pero esa mística de prestar un buen servicio al cliente se ha perdido en Mercacentro”, contó Edelmira García.

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“De por sí que Ibagué se caracteriza porque el servicio al cliente es de lo más malo que puede haber, en la mayoría de sitios comerciales, llámense restaurantes, almacenes, cafeterías, muchas veces toca rogar para que lo atiendan y que lo hagan con esmero, y ese comportamiento también lo he empezado a notar en Mercacentro, y a mí me duele que eso pase porque yo tengo una profunda admiración por esa empresa, pues es del Tolima y genera mucho empleo”, dice Ernesto Hernández.

En otro de los testimonios recogidos por El Cronista.co, Josué González expresó que su fidelidad por Mercacentro se mantendrá siempre, pero que le causa molestia que la atención al cliente ha desmejorado, “Ya no se tiene la misma mística de antes, no hay ese interés de hacer sentir importante al cliente, se pide orientación o se solicita un servicio y no lo prestan con amabilidad, si lo hacen es de mal gusto, pero hay que decirlo que decirlo que no son todos los empleados, pero con uno solo que falle, la imagen se daña para todos”.

El Cronista.co trató de comunicarse con la gerencia para conocer la opinión al respecto, pero no fue posible dicha comunicación.