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Economía

China desafía a Estados Unidos en la Guerra Tecnológica

China desafía a Estados Unidos en la Guerra Tecnológica

Esta nueva aplicación, que ha superado el millón de descargas en solo una semana, se presenta como una alternativa de bajo costo a modelos occidentales como ChatGPT de OpenAI.

Pero la competencia entre China y Estados Unidos en IA va mucho más allá de lo económico: tiene profundas implicaciones geopolíticas y estratégicas.

Un modelo más barato que sacude el mercado

Desarrollado con una inversión significativamente menor que la de sus competidores estadounidenses, DeepSeek ofrece funcionalidades similares a un precio mucho más bajo. Esto ha generado un auténtico terremoto en el sector tecnológico, con caídas en las acciones de gigantes como Nvidia, Microsoft y Meta.

Uno de los puntos clave de DeepSeek es su modelo de código abierto, que permite a cualquier usuario modificarlo y mejorarlo. Esto representa un desafío para las grandes tecnológicas de EE.UU., cuyo modelo de negocio depende de suscripciones y servicios de pago. 

La irrupción de DeepSeek cuestiona la necesidad de las enormes inversiones que las empresas occidentales destinan al desarrollo de IA, demostrando que es posible crear modelos competitivos con menos recursos. Para ponerlo en perspectiva: DeepSeek se desarrolló con aproximadamente 6 millones de dólares, una cifra ínfima en comparación con los miles de millones invertidos por OpenAI o Google.

Implicaciones geopolíticas y de seguridad

Washington observa con inquietud el ascenso de la IA china. Uno de los principales puntos de preocupación es la política de privacidad de DeepSeek: la información recopilada se almacena en servidores en China, fuera del alcance de las leyes estadounidenses. En otras palabras, EE.UU. no tiene el control.

Pero la preocupación va más allá de la privacidad. Se teme que la tecnología china pueda utilizarse para alimentar campañas de desinformación y erosionar la confianza pública. También se señala el historial de China en el uso de la tecnología para la vigilancia y el control, tanto dentro como fuera de sus fronteras. 

Aunque, si de manipulación y vigilancia hablamos, Estados Unidos tampoco tiene un expediente limpio. Basta recordar el escándalo de Cambridge Analytica, que influyó en las elecciones que llevaron a Trump a la Casa Blanca en su primer mandato.

El enfoque chino en IA: eficiencia y pragmatismo

El desarrollo de DeepSeek ha sido posible gracias a la colaboración entre ingenieros chinos y la experimentación con nuevas metodologías de entrenamiento. Su optimización combina aprendizaje supervisado y reforzado, reduciendo costos y tiempo de computación. Además, se ha especulado que DeepSeek pudo haberse entrenado utilizando respuestas generadas por ChatGPT-4, lo que, de ser cierto, supondría una violación de los términos de uso de OpenAI.

Sin embargo, el verdadero golpe a las tecnológicas occidentales no es solo el costo reducido de DeepSeek, sino su gratuidad. Esto representa una amenaza directa para los intereses de las grandes corporaciones estadounidenses.

Algunos analistas lo comparan con un “momento Sputnik”, evocando el impacto que tuvo el lanzamiento del satélite soviético en 1957, que desató la carrera espacial.

Europa, mientras tanto, sigue rezagada en esta competencia, con una presencia casi inexistente en el desarrollo de IA. Sin embargo, la guerra tecnológica no se libra solo en el terreno del software, sino también en la producción de los chips que permiten su funcionamiento.

Trump y la nueva realidad tecnológica

China ha dejado claro que la hegemonía tecnológica de Estados Unidos no es indiscutible. Y ha enviado un mensaje contundente a Donald Trump en su regreso a la presidencia: no está solo en el mundo, y tiene rivales dispuestos a desafiar su liderazgo y prendida hegemonía.

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