Por: Alejandro Hernández

Camilo Delgado es uno de los llamados a renovar el Partido Liberal del Tolima. Es la cara más joven de la lista liberal a la Cámara de Representantes. Para muchos Delgado es sinónimo de nuevos aires, en un partido que parece haber cerrado sus puertas a nuevos liderazgos.

A sus 41 años es abogado de la Universidad de Ibagué. También es especialista en Derecho Administrativo, en Derecho Procesal Penal, en Derecho Constitucional, entre otros varios posgrados. Preparación académica y profesional no le falta.

Delgado fue concejal de Ibagué en el periodo 2012 - 2015. Ha ocupado cargos en la Alcaldía de Ibagué y la Gobernación del Tolima. En el 2019 se lanzó a la Alcaldía, y tuvo un respaldo de 25.000 votantes, pese a que no contó con el respaldo absoluto de su partido.

Es irreverente ante el oficialismo del Partido Liberal del Tolima, en cabeza de Mauricio Jaramillo. De hecho, para obtener el aval en el 2019, que se le negaba en el departamento, tuvo que buscarlo en la dirigencia nacional. Es uno de los que públicamente pide la renovación del liberalismo. No titubea en cuestionar las prácticas clientelistas, los cálculos politiqueros, los escándalos de corrupción, que tan mal parada dejan la imagen del partido.

Para estas elecciones legislativas tiene a dos contendores directos al interior de la lista liberal. Se trata de Olga Beatriz González, candidata del oficialismo y Gentil Gómez, más allegado a los sectores campesinos. Camilo confía en ganarles, por su campaña que considera salida de los moldes de la política tradicional.

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En diálogo con El Cronista.co, defendió su discurso alternativo, pese a estar en un partido tradicional; explicó sus propuestas y se mostró optimista con la renovación del Congreso, en las elecciones de este domingo 13 de marzo.

“Reciba el tamal o los $50.000, pero castigue a los corruptos en las urnas”

El Cronista.co: Usted fue tal vez el candidato que primero inició campaña, lo hizo recorriendo el Tolima en bicicleta. ¿Por qué así y con qué se encontró?

Camilo Delgado: Recorrerlo en bicicleta me permitió conocer de manera más directa al departamento del Tolima. Conocer esa Tolima profunda, que la gente casi no visita. Y que no conoce entre otras, por falta de vías, que le permita ser más competitivos en términos económicos y de desarrollo. Así pudimos hacer un diagnóstico claro de las necesidades y prioridades de las comunidades que necesitamos llevar al Congreso.

EC: Pero el Tolima está sobre diagnosticado, todo mundo sabe qué tiene, pero nadie sabe cómo hacerlo o cumplirlo. ¿No le parece?

CD: Así es, estamos sobre diagnosticados en materia de infraestructura vial. El problema que tenemos es que los recursos con los que contamos a nivel departamental, son insuficientes para la atención de estas vías. Y muchos de esos recursos los terminan asignando, no por necesidades de la población, sino por criterios políticos.

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Hay municipios que por ser ajenos a la línea política del Gobernador, no les llega recursos para vías terciarias. Por eso la gestión parlamentaria no solo debe estar enfocada en conseguir los recursos, sino en acompañar y guiar a los alcaldes en la presentación de proyectos, sin importar su partido político.

“Los politiqueros están asustados con una nueva masa crítica de votantes”.

EC: ¿Considera que la bancada parlamentaria del Tolima en el último periodo estuvo a la altura de lo que se requiere?

CD: Los representantes a la Cámara por el Tolima no nos han representado como debería ser. A varios la gente ni siquiera los conoce, ni saben que existen. Habrán hechos gestiones particulares,  logrado recursos puntuales, pero proyectos de región, que impulsen al departamento del Tolima en su conjunto, desconozco que hayan logrado al menos uno. Por eso se rajaron, y no tienen la moral ni vergüenza para aparecer nuevamente a pedir ser reelegidos.

EC: ¿Es optimista con una renovación profunda del Congreso en esta oportunidad?

CD: Espero que el Tolima de una lección democrática al respecto. Sé que en otros departamentos personas como yo están luchando contra esas maquinarias, aceitadas con recursos del Estado, protegidas por caciques electorales. Si los jóvenes que salieron a marchar el año pasado, participan activamente este domingo, la renovación y la democracia va llegar. La gente ya está pensando diferente, los politiqueros están asustados con una nueva masa crítica de votantes.

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EC: Usted se plantea como renovación, como alternativa, pero está en un partido salpicado por varios escándalos recientes de corrupción. ¿No es una contradicción, cómo explicarle eso a la gente?

CD: Hoy en Colombia tenemos partidos alternativos llenos de políticos tradicionales, y partidos tradicionales, como el mío, con políticos alternativos. Hoy la política no puede pensarse en partidos, tiene que repensarse en personas. Quienes me conocen saben que mi pensamiento es liberal, pero que hemos estado muy aparte de las decisiones del partido. Cuando era alcalde Luis H., éramos cinco concejales: cuatro de gobierno y solo yo de oposición. Y no me pesó hacerle oposición a un alcalde liberal, aunque fuera de mi partido.

“Si los jóvenes que salieron a marchar el año pasado, participan activamente este domingo, la renovación y la democracia va a llegar”

EC: ¿Es verdad que en el 2019 tuvo que conseguir en la dirigencia nacional el aval para aspirar a la Alcaldía, porque a nivel departamental se lo negaron?

CD: Hubo una situación incómoda con la dirigencia regional. Mientras a nivel regional nos hacen a un lado, a nivel nacional nos tienen en el radar. El senador Luis Fernando Velasco nos permitió ser escuchados y conseguir ese aval. Lamentablemente gran parte del partido en Ibagué terminó dándonos la espalda, pero eso nos permitió crear un electorado libre, que cree en Camilo y no en el partido, y que saben que estar lejos del oficialismo nos ha permitido crecer el liberalismo.

EC: La competencia interna en la lista liberal parece fuerte. ¿Qué tiene usted que no tengan Olga B. y Gentil Gómez?

CD: Las formas y las maneras de hacer política son totalmente diferentes. Nosotros somos responsables en la forma como estamos tratando de llegar al electorado. No queremos acudir a la misma política tradicional de la reunión, con el tamal, la lechona, la foto. Nuestra narrativa está orientada a demostrar que sí se puede hacer política decentemente.

Ellos se están amparando  en el electorado que hace parte de la estructura política del partido, el oficialismo. Pero nuestro electorado es el libre, el consciente, sin presión, al que no le ordenaron votar por mí. Estar alejado del oficialismo liberal, ha resultado ser una fortaleza.

EC: ¿Qué debería hacer la gente cuando este domingo les lleguen con tamal, lechona o $50.000, a comprarles el voto?

CD: Reciban, coman lo que les ofrezcan, reciban el mercadito, hágales creer que esa oportunidad laboral va llegar; pero están desactualizados. La tarifa subió. Ahora están dando entre $80.000 y $100.000 por voto, y al promotor de votos, un bono de $100.000 por cada 10 personas. Reciban todo eso, pero castíguenlos en las urnas, marcando el C 106 del Partido Liberal.