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“Queremos saber cómo fueron asesinados nuestros hijos”: madres del Tolima
En un acto de perdón, la hermana de una de las víctimas de ejecuciones extrajudiciales ocurridas en el Tolima, se abraza con el victimario, el exagente del DAS Giovanni Calderón Salazar durante la audiencia ante la JEP.
En la semana que acaba de pasar, continuó la Audiencia de Seguimiento al Régimen de Condicionalidad del exagente del extinto DAS, Giovanny Calderón Salazar, por su colaboración con el Gaula Tolima en asesinatos presentados como bajas en combate en este departamento entre los años 2005 y 2007
Durante la audiencia, presidida por el magistrado José Miller Hormiga, de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas, convocada en el marco de la #RutaNoSancionatoriade de la #JEP, inició con un minuto de silencio en memoria de las víctimas de los hechos abordados.
El asesinato de los hermanos Jiménez Gallego en Pastales
Uno de los hechos, fue el asesinato de los hermanos Alexander y Luis Alfonso Jiménez Gallego, el 10 de julio de 2007, en el sitio El Retiro, vereda de Pastales.
Elizabeth Gallego, madre de Alexander y Luis Alfonso, a través de su representante legal, pidió respuestas sobre quién dio la orden de asesinarlos, por qué fueron escogidos y exigió que Giovanny Calderón Salazar reconociera el daño que hizo con estos hechos y que aclarara que sus hijos no eran extorsionistas.
Ante eso Calderón Salazar señaló que una denuncia por una supuesta extorsión llegó al DAS, seccional Tolima, y asignaron al Gaula Tolima para acompañar la operación. "No se iba a tratar de una captura, iba a ser una ejecución. La política del Ejército en ese momento eran las bajas”, subrayó.
Ante las palabras de Calderón Salazar, el magistrado Hormiga le preguntó si ha reflexionado sobre la gravedad de esos hechos, pues sus palabras fueron percibidas con frialdad.
“No quiero que piensen que para mí es normal, que estoy tranquilo. Quiero que mi relato sea muy claro, dar a conocer lo que sucedió. He tenido muchos años de sentir remordimiento y llevar a cuestas a las víctimas directas de estos hechos”, afirmó Calderón
Posteriormente, Calderón Salazar asumió su responsabilidad por haber participado en el asesinato de los hermanos Jiménez Gallego y presentó una propuesta de acto restaurativo para las víctimas con la construcción de un muro o placa conmemorativos.
También se mostró dispuesto a participar en espacios de diálogo “sobre los hechos macabros y aberrantes que cometimos los integrantes del Gaula Tolima, para poder reflexionar sobre estos hechos y que jamás vuelvan a ocurrir. Que haya conciencia de que sí sucedió (…). Quiero hacer todo lo necesario para resarcir el buen nombre de las víctimas”, dijo.
El magistrado Hormiga dirigió unas palabras a las víctimas presentes sobre la importancia de estos espacios dialógicos:
“Para nosotros, lo más importante es que las víctimas entiendan que este esfuerzo que estamos haciendo es en la búsqueda de la verdad, que la conozcan y que, sobre todo, se den cuenta de que, efectivamente, sus familiares no tuvieron la oportunidad de esclarecer su situación y resultaron siendo víctimas de una acción criminal”.
Asesinato en vía Payandé-Valle de San Juan
Otro hecho narrado por el exdetective del desaparecido DAS, Calderón Salazar corresponde al asesinato de Everth Mendoza García, el 20 de julio de 2007, en la vía que conduce de Payandé a Valle de San Juan. Los familiares de la víctima le solicitaron a Calderón que, “así sea doloroso”, manifestara la verdad sobre este hecho.
Calderón Salazar señaló que, en este hecho, al igual que en los demás, el procedimiento judicial fue irregular. Luego habló sobre lo que supo de la víctima en ese momento:
“Yo recuerdo que era un joven. No sabía de su hijo en gestación, me acabo de enterar. Sabía que tenía padre y madre. Ellos no debían enterrar a su hijo. Él y ninguno tuvo que haber fallecido así”, afirmó el exintegrante del extinto DAS.
A ese hijo que no pudo crecer con su padre, Calderón le pidió perdón y le dijo que “su padre no debió morir así ".
El magistrado Hormiga le preguntó a Calderón por qué decidió hablar en estos momentos. “Estoy rompiendo el silencio porque la JEP es una oportunidad para el país, para mí, para que se conozca que el Gaula Militar Tolima, mediante muchos engaños, mediante una agresividad inexplicable, quitó la vida. La sociedad lo debe saber, por eso rompo el silencio”, respondió.
Calderón Salazar reconoció su responsabilidad por el asesinato de Everth Mendoza García. Y, como acción restaurativa de este hecho, propuso hacer un evento público para ratificar que "el señor Mendoza no tenía ninguna implicación criminal, que fue engañado y que fuimos nosotros quienes lo señalamos de criminal. Por eso, es indispensable dignificarlo en un acto público o ante los medios de comunicación de Tolima o del país”, afirmó.
Asesinato en Prado
La audiencia continuó con el hecho, que corresponde al asesinato de Efraín Montealegre Lozano, cometido el 21 de enero de 2008, en la vereda “Chenchito”, del municipio de Prado
Rubiney Montealegre Lozano, hermana del señor Efraín, en medio de la audiencia se dirigió a Calderón Salazar para expresarle que ella lo perdona. Sin embargo, le pidió que dijera quiénes contactaron a su hermano, por qué le dispararon tantas veces y que mencionara quiénes fueron los responsables.
Calderón Salazar se dirigió a Rubiney Montealegre y le dijo: “su hermano no pertenecía a ningún grupo criminal, fue engañado para llegar a ese lugar (…), se trató de un entrampamiento”. Añadió que este tipo de prácticas se venían desarrollando en el Gaula Tolima desde 2005.
Giovanny Calderón Salazar aceptó su responsabilidad, tanto por acción como por omisión, en el asesinato de Efraín Montealegre Lozano. Luego, le agradeció a Rubiney Montealegre por sus palabras de perdón y le pidió si podía darle un abrazo, a lo cual ella accedió como acto reparador y de amor, impulsada por la fe religiosa que profesa.
Asesinato en el barrio Los Álamos y El Salado en Ibagué
La diligencia pasó a abordar el último hecho al que está vinculado el exagente del extinto DAS, Giovanny Calderón Salazar, relacionado con el asesinato de Luis Carlos González, cometido el 21 de mayo de 2008, entre los barrios Álamos y El Salado, en Ibagué, Tolima.
Sobre este último hecho, Calderón Salazar reconoció su responsabilidad y se dirigió a las víctimas para lamentar lo sucedido. Además, subrayó su intención de que “el país y el Tolima comprendan que estas prácticas fueron ciertas, nefastas, y que las víctimas tenían derecho a que se les respetara la vida (…). Reitero mi voluntad de participar activamente en cada uno de los actos de dignificación de las víctimas de estos hechos”, dijo.
El magistrado Hormiga agregó que espera que este tipo de actos aporten al país y al trámite de esos dolores que dejó el conflicto.
Este lunes segunda entrega.
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