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Las tres curules del ‘barretismo

Las tres curules del ‘barretismo

El ‘barretismo’ en cabeza del exgobernador Óscar Barreto, quien es candidato al Senado, tiene como objetivo obtener en las elecciones del 13 de marzo próximo una votación abrumadora.

Al interior de esta organización política se habla de 200.000 a 250.000 mil votos como meta a alcanzar. Uno de sus cercanos colaboradores le contó a El Cronista.co que el propósito fijado es que Óscar Barreto llegué a la posesión en el Capitolio el próximo 20 de julio como uno de los congresistas más votados del país.

Pero la pretensión mayor es que Óscar Barreto llegué acompañado de tres representantes, pues la idea es que con esa abultada cifra, arrastre por lo menos tres curules de la lista de Cámara de Representantes.

Ciertamente, para algunos, obtener esa cantidad de votos no debe ser difícil, debido al descomunal poder político que en la actualidad ostenta el ‘barretismo’ en el Tolima. Ese poderío se refleja en la campaña que se adelanta por todo el departamento, no solo por las nutridas reuniones que se muestran en las redes sociales sino por el enorme despliegue logístico que se da a su alrededor.

El paisaje abrumador que se observa en todas las vías y los 47 municipios del Tolima es el de vallas, afiches y pasacalles alusivos a la campaña de Óscar Barreto y sus candidatos a la Cámara de Representantes.

“Cómo no va a poder el barretismo sacar una alta votación si tiene todo a su favor, la maquinaria política es tan arrolladora que nos transporta a los años del santofimismo. Lo que estamos viendo es idéntico a esos años donde Santofimio era imbatible porque manejaba el departamento a su antojo”, dice Jorge Suárez, un veterano liberal.

Lo cierto es que la campaña del ‘barretismo’ en el Tolima ha venido alentando inconformismo y crítica severa en muchos sectores. Algunos consideran que ese alarde de fuerza y hasta cierto punto, de derroche sin límites, no es conveniente cuando lo que hoy se pide es austeridad en la manera de hacer la política.

Hay quienes dicen que esa alta vara que el mismo ‘barretismo’ se ha impuesto superar, puede convertirse al mismo tiempo en una especie de espada de Damocles, pues de no lograr esos guarismos electorales con el poder avasallante que ostenta, queda expuesto a un fracaso estrepitoso.

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