A 8 kilómetros del primer peaje salida Bogotá – Melgar - Ibagué un sinnúmero de monta llantas están listos para atenderlos. Nadie se explica porqué tanta oferta de este servicio hasta cuando cae en las redes de una mafia que tiene acaparado el mercado. 

No hay ley que valga en este lugar, las autoridades de Soacha, Policía Nacional o Policía de Carreteras no hacen nada, y pese a las denuncias ciudadanas, siguen haciendo de las suyas, nos dice Alberto quien recuerda que hace un mes en Caracol Tv el caso fue nuevamente divulgado.

Los tachuelos o puntilleros pasan de una acera a otra dejan elementos punzantes en la vía, como si estuvieran regando la semilla las dejan en la carretera. Motociclistas están listos para indicar que usted se pinchó, y es preciso en los primeros monta llantas donde sucede este hecho milagroso y lucrativo para ellos, pero una tragedia para quienes viajan. 

Enseguida aparece el primer salvavidas, curioso, viene con dos tacos de goma y un compresor de aire portátil que se conecta al carro. A veces son dos llantas las dañadas y con más de un hueco.  Su asistente trae más tacos, una llanta tiene tres rotos y la otra 2. Al final ese primer contacto le cobra 45 mil pesos y le dice que tiene que revisarlas en una monta llantas. 

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No hay ley, no hay nada, los ciudadanos están desprotegidos y una palabra de reclamo donde usted les diga que son usureros, o ladrones hace que su vida corra peligro. Metros después los 3 y hasta 5 ayudantes de la vulcanizadora lo esperan. No usan tapabocas a pesar de los letreros que colocan. 

Ya sus llantas no tienen solo el problema de huecos. Lastimosamente las personas caen en sus manos y cuando se supone están arreglando las llantas, encuentran más de 5 rotos, Carlos dice que no exagera. Uno de ellos le hizo la charla mientras el otro rasgaba la llanta por dentro para luego decir que tendrían que colocar parches en la misma, porque cuando se pincho la dañó totalmente. 

“Estos son los mejores parches del mercado, valen 25 mil pesos cada uno, son 3 en esta llanta y 4 en la otra, son 175 mil pesos”. Carlos hace un comentario y enseguida enciende las alarmas de estas personas que empiezan a amedrantar con sus herramientas a los que van con él. 

La historia se repite todos los días, a Andrea una conductora que iba con su hijo de 10 años le dio pánico, al final le sacaron 300 mil pesos y prefirió pagarlos e irse lo más pronto del lugar. 

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Roberto otro ibaguereño luego de escuchar cuánto le cobrarían prefirió que le inflaran un poco la llanta y llegar hasta una estación de gasolina donde pidió el servicio de grúa y carro. Casi lo linchan, pero tuvo el valor de decirles que NO. Al llegar a Ibagué lo que cobraban ellos por 250 mil pesos costó en un lugar reconocido 20 mil pesos. 

Las mafias se apoderan de todos estos sectores sin que las autoridades hagan algo, de nada sirven las denuncias hechas a través de los organismos oficiales o por medios de comunicación. Este suceso se repite todo el año desde hace más de una década y no pasa nada.