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Hurtado, un alcalde sub júdice

Los problemas judiciales que acechan al alcalde de Ibagué por sus actuaciones contrarias a normas éticas, disciplinarias y penales, ponen también en riesgo el buen funcionamiento de la ciudad.

13 de Mar, 2021

La revocatoria del fallo absolutorio a favor de Daniel Cadena Ortiz, que un juez venal le concedió y que en segunda instancia el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Ibagué enmendó y condenó a 4 años y 5 meses de cárcel, al vigilante que alteró los videos de los piques del aeropuerto de Perales, por los que se encuentra procesado el alcalde Andrés Hurtado, constituye un campanazo de alerta para el futuro de Ibagué.

No es un secreto que esta decisión judicial deja en aprietos al mandatario local al encontrarse sindicado como autor principal de este peculado por uso (artículos 398 y 400 del código penal), y donde la pregunta que surge: si se condena al coautor y cómplice ¿se va a dejar en libertad al principal autor?.

Al menos, el interrogante no solo se lo formulan los abogados penalistas sino los ciudadanos del común.

Aquí el problema es que el vigilante condenado por manipular las cámaras no lo hizo solo y, alguien le ordenó que lo hiciera y se tipificaría el delito de asociación para delinquir que agravaría más la situación penal de Hurtado en este proceso, según los abogados penalistas consultados.

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Pero además de este caso, al funcionario encartado por hechos similares a los del aeropuerto de Perales, le sobrevienen ahora los del estadio Manuel Murillo Toro, donde se le sindica que haber utilizado el principal escenario deportivo del Tolima para celebrarle una fiesta de cumpleaños a su hijo, utilizando bienes del Estado a su cargo para beneficio propio.

En esta nueva situación que le aflora al alcalde Hurtado, ya la Fiscalía practicó pesquisas a las oficinas del IMDRI, dentro de la investigación que se realiza y la Procuraduría abrió investigación disciplinaria por los mismos hechos, y la Contraloría encendió las alarmas para vigilar los escenarios deportivos de Ibagué.

Esta situación nos indica que Ibagué tiene un alcalde sub júdice (pendiente de resolución judicial),que tendrá que dedicar tiempo a defenderse, lo que le resta capacidad para gobernar. Por ende, Ibagué colateralmente recibirá los daños derivados de la situación judicial que afronta la cabeza principal de la administración municipal.

(También puede leer: El peculado por uso del alcalde de Ibagué Andrés Hurtado)

La ciudad quedará al garete, se profundizará el abandono en que se encuentra, y sus casi 600 mil habitantes, pagaremos las consecuencias de una errática administración y de un mal gobierno que en lugar de demostrar deseos de corregir, se empecina en mantener el statu quo y en cometer errores día a día, por ser ciega y sorda ante el clamor de la ciudadanía que pide cambios.

La sobradez del alcalde Hurtado lo hace levitar, y no escuchar críticas ni atender reclamos ni razones. Estamos ante un personaje parecido a la dinastía de Los Capeto, y que como monarca cree que Ibagué es su feudo del cual puede disponer a su antojo sin ningún respeto ni miramiento por lo público.

Nos da la sensación que Hurtado confunde a la capital del Tolima con sus propiedades en Lérida.