Por Óscar Viña Pardo 

Me encantan este tipo de festivales que promueven y hacen circular la economía de las ciudades. Escucho la gente decir, “el creador de ese festival o del perro caliente la sacó del parque”. Pero más allá de esos encuentros donde se comparrte en familia debemos hacer otro tipo de análisis que conduzcan a pensar en la salud de todos. 

https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Obesidad-un-factor-de-riesgo-en-el-covid-19.aspx

Y es que desde el 2012 por ejemplo, en Inglaterra se planteó el impuesto de al menos un 20% a la comida llamada chatarra y bebidas azucaradas con una simple o sola justificación, una solución a los problemas de obesidad morbida y las enfermedades cardiovasculares que están afectando a nuestra gente. 

Dinamarca, España, Irlanda, Hungría han adoptado medidas de este tipo en donde en algunos casos es solo a las bebidas azucaradas que nosotros llamamos gaseosas. Si bien es cierto no soluciona el problema entendiendo que mucha de esta comida es vendida en puestos callejeros, empezaríamos a generar mayor conciencia frente a un problema que día a día crece y que no se le ve solución.

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En el estudio publicado por el profesor  Carlos O. Mendivil, de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes en el 2018 donde referencia solo cinco ciudades Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga, no es alentador y han pasado ya 4 años y las cifras aumentan en todo el territorio colombiano. 

Dice el resumen del estudio publicado en el diario El Espectador: Las cifras son contundentes: en adultos el sobrepeso alcanza 36,2 % y la obesidad llega a 21,3 %; las mujeres —contrario al imaginario de que cuidan más su figura— sobrepasan en más del doble a los hombres, tanto en sobrepeso como en obesidad.

Los menores, a su vez, también se están engordando: uno de cada tres supera los estándares de Índice de Masa Corporal (IMC) en lo que se considera un peso adecuado por edad.

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 La prevalencia general de sobrepeso es de 23,3 %, y la de obesidad se ubica en 8,8 %; los niños superan a las niñas.

Me preocupa que como padres de familia no trabajemos más este problema de salud pública, asusta porque acabamos de salir de una pandemia y ya estamos con otras dos, la de salud mental y la de obesidad, y juntas son un componente social y económico muy fuerte para cualquier país, sino miren México y Estados Unidos de América. 

Mi mamá decía: “Ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre”