Cuando Carlos Edward Osorio emergió en la política tolimense por allá en el año 2008 despertó simpatías e incluso a su alrededor se tejieron esperanzas de cambio. Todos los caminos conducían a que era la persona indicada que podría llegar a ejercer un liderazgo fuerte en la región.

Esas expectativas estaban soportadas, no solo por su juventud, sino que se había ganado un reconocimiento por su consagración al trabajo y el estudio. Llega a la Cámara y de inmediato la opinión lo ubica entre el grupo de los ‘pilos’ del Congreso, pese a haber tenido un rato amargo en la cuestionada reforma a la justicia del año 2012, donde además de ponente fue conciliador de la misma.

Después de dos periodos en la Cámara donde su nombre sobresalió a la hora de los grandes debates y se convirtió en un defensor acérrimo del acuerdo de paz con las Farc, decide dar el salto al Senado en las elecciones del 2018. Ese propósito no se le dio, pero además de ese revés sufrió uno más grande, la muerte de dos de sus puntales hombres de su equipo de trabajo en un accidente de tránsito en plena campaña política. El 2018 fue un año amargo para Carlos Edward.

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Al quedar sin credencial, muchos de su más inmediatos amigos y colaboradores lo abandonan, la mayoría parte con dirección a engrosar las filas del ‘barretismo’. De esa manera se le esfuma el fuerte equipo que logró conformar. Prácticamente quedó solo.

Abandona el Partido de la U y llega al Centro Democrático, una decisión que asombró a sus más cercanos seguidores que no entendieron cómo, después de habérsela jugado por el proceso de paz con las Farc, termina en el partido que anunció ‘volver trizas la paz’.

El voto ‘duro’

Lo cierto es que Osorio ha sido un político mesurado, alejado de los  apasionamientos, eso le ha valido ganarse el respeto de otros sectores. Por ello,   los 17.000 votos que obtuvo este 13 de marzo y que lo resucitaron para continuar en la brega política, en su mayoría serían de amigos que  no comulgan con el  Centro Democrático, pero que por aprecio y admiración lo acompañaron en esta elección para llevarlo de nuevo a la Cámara de Representantes.

Ciertamente, el llamado voto ‘duro’ en esta oportunidad por Carlos Edward Osorio estaría en minoría, situación que no ocurre en la votación alcanzada por un Milton Restrepo, que se sabe es un uribista pura sangre o el mismo Ricardo Ferro, uno de los grandes perdedores en la jornada del pasado domingo.

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El reto

Ahora se viene un reto grande para Carlos Edward Osorio, pues al quedar solo con la credencial de congresista en representación del Centro Democrático en el Tolima, sobre sus hombros recae la responsabilidad de evitar que esta agrupación política siga en declive en el departamento.

 Los resultados del pasado domingo demuestran la debilidad que hoy presenta el Centro Democrático en el Tolima. Se salvó de quedar borrado, gracias a la elección de Carlos Edward Osorio.