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El castillo de la burocracia

El castillo de la burocracia

Por: Hernando Rojas

Sociólogo

Universidad del Tolima


No hay un solo día en la vida de los profesionales contratistas del sector público y privado en el que no se hable de política y su dinámica. La coyuntura es el pan de cada día, y los políticos, sean tradicionales o alternativos, están siempre en boca de los trabajadores por prestación de servicios. ¿Por qué? Porque de ellos depende el contrato.

Hace unos meses, conversé con un amigo sobre su vida laboral. Me contó que le habían otorgado un contrato por seis meses en una entidad descentralizada departamental, donde el mismo grupo político ha "administrado" la institución durante cerca de 16 años. El modus operandi para ser "tenido en cuenta" en un contrato es el mismo en muchas entidades estatales y algunas privadas: contar con un padrino político.

Las condiciones para que le "pisen" el contrato son comunes en todos esos lugares: llenar una lista con los nombres, apellidos, cédulas, lugares de votación y números de contacto de al menos 40 personas —entre amigos y familiares— habilitadas para votar; llevar a la mayor cantidad posible de personas a reuniones políticas, generalmente realizadas en restaurantes, bares o conciertos de música popular; pegar afiches en casas, paredes o postes donde sean visibles; repartir tarjetas y publicidad en la calle; y, finalmente, prepararse para ser testigo electoral el día de las elecciones. Sin ese trabajo proselitista, el contrato está en peligro.

Así funciona el proceso de "gestionar" un contrato: todo el andamiaje electoral se sostiene porque cada contratista representa un voto, más los 40, 50 o más que pueda aportar, dependiendo de qué tan amplio sea su capital social. De esta manera, se construye un castillo burocrático que permite mantener el poder.

¿Hasta cuándo tendremos que vivir esto? Creo que el cambio en este sentido será aún más difícil, pues los contratos de prestación de servicios son el combustible electoral que permite que la maquinaria se mueva y que la hegemonía continúe en el poder.

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