A medida que se acerca el fin de año, muchas personas comienzan a reflexionar sobre los propósitos que marcarán su rumbo en el 2025. Desde metas personales hasta objetivos profesionales, establecer propósitos claros y alcanzables es más que una tradición: es una herramienta poderosa para el bienestar emocional y el desarrollo personal.

Myriam Yolanda Blanco, psicóloga holística, coaching personal, angeóloga y docente del Politécnico Grancolombiano, comparte algunas claves fundamentales para transformar los propósitos de año nuevo en logros concretos:

1.         Ser específico: Evitar metas vagas como “mejorar la salud”, mejor optar por objetivos concretos como “hacer ejercicio tres veces por semana”.

2.         Alinear los propósitos con valores personales: Las metas deben reflejar lo que realmente importa, como priorizar la familia o el crecimiento profesional.

3.         Dividir las metas en pasos pequeños: Esto evita la sensación de estar abrumado y facilita el progreso constante.

4.         Evaluar recursos y tiempo disponibles: Es crucial ser realista con las expectativas y evitar metas excesivamente ambiciosas en períodos cortos.

El impacto de tener propósitos claros

Según la profesora Blanco, definir metas específicas no solo ofrece claridad y dirección, sino que también impulsa la motivación y refuerza la autoestima. “Tener propósitos bien estructurados permite visualizar qué queremos lograr y cómo alcanzarlo. Esto no solo nos brinda satisfacción personal, sino que también reduce la ansiedad al celebrar pequeños avances significativos”.

Además, un enfoque adecuado hacia los propósitos puede mejorar el desempeño profesional al fomentar habilidades clave, priorizar tareas y establecer rutinas saludables. “Es un ciclo positivo: los logros pequeños fortalecen nuestra confianza y nos motivan a asumir desafíos mayores”, añade.

Herramientas para mantenerse enfocado:

Para evitar abandonar los propósitos con el paso de los meses, la docente del Politécnico Grancolombiano sugiere técnicas prácticas como:

•          Crear recordatorios visuales en espacios clave, como el espejo o el escritorio.

•          Practicar la autorreflexión periódica para ajustar el rumbo si es necesario.

•          Rodearse de un sistema de apoyo social que impulse la motivación y el compromiso.

El ambiente familiar, laboral y social juega un papel crucial en la consecución de los propósitos. “Un entorno que fomente el apoyo emocional, la colaboración y los valores compartidos, aumenta significativamente la probabilidad de éxito”, afirma Blanco. Por ejemplo, incluir a la familia en actividades relacionadas con las metas o compartir propósitos profesionales con colegas, puede generar un impacto positivo.

Un llamado a vivir con intención: con propósitos claros y un enfoque estructurado, el año nuevo puede convertirse en una oportunidad para vivir con intención, fortalecer la resiliencia y construir un equilibrio entre el bienestar personal y profesional.