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Alfonso López Pumarejo, el de la “Revolución en marcha” que hoy seduce a los socialdemócratas
Por: Jorge Ancizar Cabrera Reyes.
El expresidente de Colombia Alfonso López Pumarejo, nació el 31 de enero de 1886 en el Municipio de Honda, Tolima y falleció en la Ciudad de Londres, Inglaterra, el 20 de noviembre de 1959.
Cómo líder político de profundas convicciones liberales, además de su ejercicio como empresario, rigió los destinos nacionales como presidente de Colombia en dos periodos constitucionales, el primero entre 1934 a 1938 y el segundo entre 1942 a 1945.
El expresidente Tolimense doctor Alfonso López Pumarejo, fue un pensador y estadista liberal, él reconocía los derechos de los trabajadores del campo a tener una parcela, con el concepto incluído en la Ley 200 de 1936 referente a la función social de la propiedad, igualmente, en la Reforma a la Constitución que asume la intervención del Estado en la producción, distribución, y consumo de la riqueza, además otras leyes sociales en defensa de los trabajadores y mejoramiento de las condiciones de los mismos, lo que significaba tanto como abogar por su sindicalización y por el derecho de la huelga. La política económica de Presidente Alfonso López Pumarejo consistió en su carácter nacionalista y su visión como mandatario era que el "capital y el trabajo fueran colombianos". Su ideario político con su lema "la Revolución en marcha" era de inspiración democrática y socialista.
Por ese entonces la Convención Liberal de 1935 ya en el mandato de la "Revolución en marcha" y el programa que emergió de la misma señala: "El Partido Liberal se declara enemigo de los privilegios de clase; proclama la intervención del Estado como medio para "encauzar y dirigir las iniciativas individuales en un sentido convergente al gobierno común" y su lucha por el bien social se manifiesta el liberalismo con su ideario, así: "El liberalismo no confunde la revolución con la violencia. Entiende que la primera consiste esencialmente en la creación de un orden nuevo y en este estricto sentido el partido declara su carácter revolucionario".
En su discurso de Posesión, el 7 de agosto de 1934, en su primer mandato constitucional, dijo: "Procuraré contar siempre con el apoyo de la opinión pública, pero si no fuere así, si con el correr del tiempo descubro que no es posible remover con tan pocas capacidades como las mías las estructuras endurecidas del país, si después de buscar muchos caminos para alcanzar un beneficio como el que me interesa prestarle, no logro hacerlo, podéis estar seguros, señores del Congreso de que no seré el tipo de mandatario que se acomoda a situaciones contrarias a su ánimo y que encuentran tranquilidad en la indolencia burocrática o en la calma agobiadora para las actividades públicas".
El expresidente Tolimense Alfonso López Pumarejo, en su segundo mandato iniciado el 7 de agosto de 1942 con su intervención de Posesión como Presidente de los colombianos, exclamó: "En las diversas zonas de la opinión nacional es presumible que hubiera, ante mi Administración, reservas, desvíos, actitudes injustas que, eventualmente, le restaran la colaboración que, ayer como hoy, es indispensable para el buen gobierno. Ningún sentimiento personal podría llevarme a perseverar, en el que hoy se inicia, en cualquier política que el transcurso de los sucesos me hubiese convencido de ser inconveniente para la Patria".
Según mi profesor de la Universidad Libre e Historiador doctor Benjamín Ardilla Duarte, aporta: "La revolución en Marcha comprende el periodo que va desde 1934 a 1938, inicialmente llamado república liberal, para establecer el contraste entre Alfonso López y y el de la "Concentración Nacional" presidido por Enrique Olaya Herrera. El liberalismo y las fuerzas populares y sindicales que acompañaron la revolución en marcha se movían en un mundo de extrañas paradojas, el ascenso de las reformas populares y la presencia del fascismo italiano, el falangismo español y el nazismo alemán, todas estas fuerzas incidentes en nuestra vida por la propaganda desatada de los interesados, sus agencias de difusión ideológica y sus agentes en el país".
Aquí destaco las más importantes reformas del doctor Alfonso López Pumarejo entre ellas las siguientes: La reforma laboral, para impedir que el sindicalismo sea considerado como delito e insistir que es un derecho. La reforma agraria de la Ley 200 de tierras, la reforma tributaria que crea la base del impuesto de renta. La reforma educativa, que fortalece y reorienta la Universidad Nacional y la hace más moderna con su ciudad blanca y la reforma a la política internacional independiente, entre otras, para tener presente y que se debe consultar en el libro "El Presidente López Pumarejo" de Eduardo Zuleta Ángel.
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