No fue bueno el estreno del Deportes Tolima y su idea “charrúa” de cambiar la estructura general que contaba en su mayoría con los mismos nombres que terminaron el torneo en manos de “Gamero”: Y no solo fue malo porque se perdieron los tres puntos en el límite del partido sino por el muy regular juego en donde se perdieron hasta tres buenas de oportunidades, una de ellas inconcebiblemente malogradas cuando iban tres vino tinto y solo tenían el arquero por delante. Fue Delgado el que con Pérez y Rodríguez se atragantaron de gol.

La base mostró que la para les hizo daño a muchos jugadores, otro parece no le han tomado atenta nota lo dicho por el técnico uruguayo y otros ya se nota que nada va a cambiar en ellos. La defensa ante un Jaguares muy restringido mostró fallas y gracias a que no acertaron los delanteros del equipo Monteriano el marcador no fue más amplio. El tanto del local logrado en tiempo extra de los 90 minutos tiene varias aristas para analizar y la primera de ellas es que tanto se quedó inmóvil y esperando el arquero Silva, cómo los integrantes de la barrera se quedaron fijos al piso y no obstaculizaron el paso del balón y otra que es la de si el jugador de Jaguares obstaculizaba o no la visión del arquero e influía en la jugada y esto podría derivar en un fuera de lugar que terminaría anulando el gol por fuera de lugar.

La expulsión de Paz por doble tarjeta amarilla hizo cambiar mucho la estructura del equipo que no podía descuidar la marca, pero obligó a hacer modificaciones que no estaban en el plan inicial. La falta existió, pero la cometió en un sitio en donde no había peligro alguno para el equipo y fue producto de la llamada de atención del línea al central quien a propósito no tuvo gran incidencia en el partido y el marcador. De todas formas, ya eran solo 10 y había que sacrificar la ofensiva.

Hay muchas cosas que analizar, algunas de las que seguramente se disculparán con que estamos iniciando, con que algunos se estrenaron u otros están fuera de forma. Pero como hay principios universales en el fútbol hay reflexiones que servirán seguro al técnico Gregorio Pérez. Qué tanto reclama y discute en el terreno Ángelo Rodríguez con sus compañeros y en algunas oportunidades recibe contestaciones no muy agradables del resto de la nómina. Es cierto que el sanandresano juega bien y la cubre con su cuerpo adecuadamente pero es válido querer hacer las veces de estratega jugador? En su defensa es bueno decir que muchas veces los laterales y medio campistas no se ubican adecuadamente para recibir y devolverle el balón. Otro interrogante es que tanto le puede aportar Marcos Pérez al equipo que fuera de jugadas aisladas no entrega bien ni domina el balón, habiendo hasta perdido lo que lo caracterizó como buen golpeador de tiros libres. Los afanes de Didier Delgado por transitar por encima de lo mandado con el balón o las pocas salidas acertadas de los laterales Albornoz y  Arboleda.

La pareja de Quiñones y Cardoza en la defensa fue relativamente lo más ajustado mientras en la media Castillo, Paz, Delgado y Villa mostraron que le falta trabajo e ideas para surtir a los de adelante si contamos con la intención del 4-4-2 que seguramente se notará en calidad de local. Lo de los que entraron Obrian, Ordóñez o Montoya no pesaron y menos con 1 menos en el campo para el Tolima.  Habrá que dar un compás de espera, pero la diferencia con lo visto en las finales del 2016 no es apreciable y es que la columna general es casi la misma y la mentalidad debe ir acompañada de la actitud de algunos elementos que parecen no saber en que andan y para donde van.

Sigue el miércoles el calendario con la vuelta del América de Cali al Murillo Toro y el enfrentamiento con el equipo de Torres siendo la primera muestra ante su afición. Más trabajo a partir del lunes y seguramente estudio de lo malo, lo bueno y lo feo de lo hecho en Montería.

A destacar: Lo que mostró Cardoza y Villa y como siempre la voluntad de Ángelo.

Lo que preocupa: Los descuidos defensivos y por supuesto el momento del gol en contra que no se puede repetir. La poca coordinación entre los creativos y quienes deben anotar.