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Argentina 3 Pekerman 0, que mal

Argentina 3 Pekerman 0, que mal
Por Manuel Alberto Caicedo Cañon

Pese a que no toda la culpa la tiene el técnico del equipo nacional si es cierto que gran parte del despelote del partido en territorio argentino está en los hombros del veterano que increíblemente sigue improvisando a costa de la posibilidad de quedar por fuera de la cita en Rusia 2018. Y es que así se diga que cada partido es diferente también hay que insistir en que equipo que juega bien hay que mantenerlo y no inventar oncenos que sobre la marcha se quiera inventar, llevando al extremo que la crítica y los aficionados vuelvan a tocar el tema de emprenderismo en busca de negociar jugadores si puede ser cierto.

La improvisación en la línea defensiva fue total sumándose el mal momento por el que pasa Jeison Murillo, lo desubicado de Davison Sánchez, un Álvarez Balanta que nadie entiende de dónde podría marcar a Messi y un Santiago Arias más preocupado por atacar que por guarnecer al gran sacrificado que fue David Ospina. Gracia al bajón de los argentinos el marcador no fue mayor como para igualar o superar el famoso 5 a 0 del que todavía vivimos.

Y qué no decir de poner a Wilmar Barrios a tratar de contener a Leonel que demostró que cuando se le concede un milímetro puede hacer muchas cosas buenas y peor el caso del ex Deportes Tolima y hoy integrante de Boca quién muy ingenuamente cometió la falta dándole en las piernas de Messi la opción concretad en el primer gol. El propio Torres no respondió e hizo múltiples de entregas fallidas y no podía contener el avance gaucho. Así solo se debatía como fiera enjaulada Carlos Sánchez, el mejor jugador de toda la eliminatoria y el más regular. En la creatividad el afán de cuadrado por sacar jugadores, la irregularidad de James y su nula marca al contrario dejaban a un solitario Falcao que mantuvo constantemente el desespero que es el peor enemigo de un goleador que necesita frialdad y tranquilidad para atinar al marco contrario.

Hay que sacar un capítulo aparta al caso Rodríguez que mostró como no está pasando por su mejor momento pero que más allá de su bajón futbolístico entra en el desespero que hace recordar al niño dueño del balón que cuando dejan de pasarle al número cinco tomaba el cuero y se lo llevaba para la casa. Inmadurez que no lo deja concentrarse en lo que hace y como lo hace. Eso de esperar al árbitro en la boca del túnel para reclamarle acompañado de su cuñado no es de un jugador de élite y menos del cerebro que debe manejar el equipo, agravándose la situación por cuanto tenía amarilla y ha podido ser expulsado con otra similar dejando al equipo con 10. Por momentos sus rabietas quedaron claramente expuestas especialmente cuando falló el disparo sobre el minuto 91 cuando pegó el balón en el vertical y hubiera sido el de la honrilla. Las cámaras lo tomaron y repitieron el hecho haciendo que por momentos el tema pase por darle la razón A Zidanne cuando dice que sus actitudes no sirven para el Real. Ya es hora de demostrar que no solo es un buen jugador sino que ha alcanzado su adultez personal.

Siguiendo con el caso Pekerman todos se preguntan que trató de hacer cuando entra a Copete un jugador que no había tenido un minuto de selección y como esperaba que esto solucionara la falta de llegada del equipo o como trató de mover las fichas cuando hace que ingrese Magnelly y desbarata el bloque que bien o mal tenía trancados a los argentinos. Por último pretender que Bacca le salvara la papeleta a última hora. Cada día le da más razón a los que dicen que ese cúmulo de asesores que tiene o lo aconsejan mal o no le sirven para nada. No todo está perdido pero si embolatado y comenzamos a depender que otros pierdan y ganemos a la fija quedando aplazado el tema hasta marzo del 2017.

Lo malo del partido: La improvisación de jugadores y el dejar por fuera la experiencia y la cancha de jugadores en puestos claves. El mal genio del encargado de distribuir juego. Las fallas graves que terminaron en goles argentinos. Una falta a Messi, un resbalón de Davison Sánchez  y un exceso de Murillo derivaron en los tres tantos del azul grana.

Lo bueno: Que quedaron muchos peros que nos despiertan del letargo que mantuvieron los logros individuales por encima del juego colectivo.

Para pensar: El poceso Pekerman queda en veremos más que nunca y deja el campo libre para quienes afirman que fue un buen estratega para equipos juveniles pero su mandato a nivel profesional y de mayores no es igual. Que con lo que se le paga a él y a sus asesores bien se podría tener un grupo de técnicos nacionales al frente de las selecciones Colombia y todo un ciclo que de verdad “explote” el talento de nuestros jugadores.

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