Mediante esta obra de teatro, se invita a los padres de familia a no darles de comer a las palomas en espacios públicos. El malestar en los vendedores se generó debido a que sus ventas han disminuido en los dos últimos meses por
cuenta de esta representación.

Martha Salazar, vendedora desde hace 23 años de maíz, oficio que heredó además de su mamá y abuela, dice que “El mandatario local debería concertar con las 30 familias que viven de la venta de maíz en los diferentes parques de la ciudad, además de los fotógrafos que han dejado de tomar sus fotos, presentando alternativas de trabajo, más cuando es el único oficio que aprendieron hacer hasta la fecha, qué vamos a hacer nosotros”.

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Martha no cree que las palomas produzcan enfermedades, porque su familia tenía criadero de palomas, su saber tradicional le indica que estos animales no son contraproducentes para la salud de la gente y por el contrario ayudan a las personas que sufren de alcoholismo y consumo de sustancias psicoactivas.

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 La otra cara de la moneda, por cuenta de la obra de teatro auspiciada por la secretaría de Salud de Ibagué, que se ejecuta a través de las acciones colectivas en salud, está en los padres que ven con mucho optimismo esta clase de acciones por parte del Estado, porque genera conciencia entre ellos para sus hijos, y aunque resulte doloroso, prima la salud de las personas sobre las palomas que transmiten más de 50 enfermedades de acuerdo al mensaje que transmite la obra de teatro y que todos los sábados se presenta en diferentes puntos del centro de la ciudad, indicó Daniel Albeiro Díaz Sierra, padre de familia.
 
La administración municipal tiene el mismo problema que se presenta en Bogotá, Santiago de Chile, o Lima, por poner algunos ejemplos, y se requiere de controlar el número de palomas en estos lugares, que si bien las hacen parecer parte del paisaje son perjudiciales para la salud como lo demuestran los estudios sobre palomas que existen en las universidades y organizaciones de salud.

Puede ver el testimonio de un padre de familia

Doña Martha, la vendedora de maíz, pide que la alcaldía compre esas pildoritas de color que alguna vez dio Cortolima y ayudaron a controlar la natalidad de las palomas, pero que no les quite el sustento. Se espera entonces en los próximos
días conocer la opinión de los voceros de la cartera de salud, en aras de que siempre prime la salud de los humanos, en especial los niños.