Cultura
Dickens, el reinventor de la Navidad
Por: Humberro Leyton
El espíritu de la Nochebuena se reinventa a partir de los tres fantasmas que plantea el escritor inglés Charles Dickens, en “Cuento de Navidad”, donde el avaro señor Scrooge, entra en una pesadilla que le hace transformar el sentido de la vida y le cambia la amargura por amor. Son estos los espíritus que lo transforman: la navidad del pasado, la navidad del presente y la navidad del futuro.
El contexto histórico de la producción literaria de Dickens es el siglo XIX, en una Inglaterra victoriana y puritana con las doctrinas y credos luteranos y calvinistas, en pleno auge de la revolución industrial que deja en evidencia la existencia de dos clases: una opulenta, dueña de los medios de producción, sin sentimientos y corroída por la ambición de ganancias y la otra, sumergida en necesidades y miserias. Este, entre otras cosas, fue el insumo para el Capital de Carlos Marx. La explotación del hombre por el hombre, las injusticias, la marginación que padecía la Europa rural y el nacimiento del proletariado opuesto diametralmente al capitalismo, forjan las teorías básicas del filosofo alemán, que de una u otra forma, contribuyeron a la transformación del mundo.
Este escenario también sirvió a Dickens, para la denuncia de las injusticias y la exclusión tal y como quedan plasmadas en su famoso cuento que cada año por estas fechas, recobra vida y vigencia en una época que guardando las proposiciones, apariencias y los avances en todos los campos, sigue teniendo personajes como Scrooge, pero donde además, las guerras, las armas atómicas, los fusiles, los odios, la venganza y la mentira, cobran validez en un mundo y una sociedad indiferente, carente de amor y solidaridad.
La Navidad actual, es la que el escritor inglés rescato del credo de los reformistas y protestantes (puritanos) de la época, hoy conocidos como congregaciones cristinas, donde la mayoría de ellas, hacen de la Biblia un negocio que les genera enormes ganancias, mejor dicho, son las mismas iglesias de garaje que se multiplican en los barrios, pero que tienen en común hasta nuestros días, no celebrar la Navidad. Ese es uno de los méritos de Dickens, reinventar o recuperar el nacimiento de Cristo.
Sobra decir que: “Un cuento de Navidad”, publicado en 1843, es la pieza fundamental en el rescate de las fiestas de Navidad, dándole ese espíritu de compasión, amor, fraternidad, bondad, reencuentro y armonía familiar, es el que se conoce en occidente como espíritu de Navidad.
Los dejamos con la obra de Charles Dickens, que cada año en diciembre celebramos recordamos como: "Cuento de Navidad"
“Ebenezer Scrooge era un empresario y su único socio, Marley, había muerto. Scrooge era una persona mayor y sin amigos. Él vivía en su mundo, nada le agradaba y menos la Navidad, decía que eran paparruchas. Tenía una rutina donde hacía lo mismo todos los días: caminar por el mismo lugar sin que nadie se parara a saludarlo.
Era víspera de Navidad, todo el mundo estaba ocupado comprando regalos y preparando la cena navideña. Scrooge estaba en su despacho como siempre con la puerta abierta viendo a su escribiente, que pasaba unas cartas en limpio, y de repente llegó su sobrino deseándole felices navidades, pero este no lo recibió de una buena manera sino al contrario, su sobrino le invitó a pasar la noche de Navidad con ellos, pero él lo despreció diciendo que eso eran paparruchas. Su escribiente llamado Bob Cratchit seguía trabajando hasta tarde aunque era noche de Navidad, Scrooge le dijo un día después de Navidad tendría que llegar mas temprano de lo acostumbrado para reponer el día festivo.
Scrooge vivía en un edificio frío y lúgubre como él. Cuando ya estaba en su cuarto algo muy raro pasó: un fantasma se le apareció, no había duda de quién era ese espectro, no lo podía confundir, era su socio Jacobo Marley le dijo que estaba ahí para hacerlo recapacitar de cómo vivía porque ahora él tenía que sufrir por la vida que había tenido anteriormente. Le dijo que en las siguientes noches vendrían 3 espíritus a visitarlo.
En la primera noche, el primer espíritu llegó, era el espíritu de las navidades pasadas, éste lo llevo al lugar donde él había crecido y le enseñó varios lugares y navidades pasadas, cuando él trabajaba en un una tienda de aprendiz; otra ocasión donde estaba en un cuarto muy sólo y triste y también le hace recordar a su hermana, a quien quería mucho.
A la segunda noche él esperaba al segundo espíritu. Hubo una luz muy grande que provenía del otro cuarto, Scrooge entró en él, las paredes eran verdes y había miles de platillos de comida y un gigante con una antorcha resplandeciente, era el espíritu de las navidades presentes. Ambos se transportaron al centro del pueblo donde se veía mucho movimiento: los locales abiertos y gente comprando cosas para la Cena de Navidad. Después lo llevo a casa de Bob Cratchit y vio a su familia y lo felices que eran a pesar de que eran pobres y que su hijo, el pequeño Tim estaba enfermo. Finalmente lo lleva a la casa de su sobrino Fred donde vio como gozaban y disfrutaban todos de la noche de Navidad comiendo riendo y jugando. Después de esto regresó a su cuarto.
A la noche siguiente, esperaba al último espíritu, pero este era oscuro y nunca le llegó a ver la cara. Era el espíritu de las navidades futuras, quien le mostró en la calles que la gente hablaba que alguien se había muerto. Después lo llevó a un lugar donde estaban unas personas vendiendo las posesiones del señor que había muerto, y también le enseñó la casa de su empleado Bob donde pudo ver que su hijo menor había muerto y que todos estaban muy tristes. Por último, lo llevó a ver cadáver de este hombre que estaba en su cama tapado con una sabana, y al final, le descubrió quien era el señor que había muerto… Era él mismo, Ebenezer Scrooge.
Cuando el despertó se dio cuenta que todo había sido un sueño y que ese día era Navidad, se despertó con mucha alegría, le dijo a un muchacho que vio en la calle que fuera y comprara el pavo más grande y que lo mandara a la casa de Bob Cratchit. Salió con sus mejores galas muy feliz porque podía cambiar y se dirigió a casa de su sobrino, al llegar lo saludó y le dijo que había ido a comer y estuvo con ellos pasándosela muy bien. Al día siguiente en la mañana le dio a su trabajador un aumento de salario y desde entonces fue un buen hombre a quien todos querían. El hijo menor de Bob, el pequeño Tim, grita contento. ¡Y que Dios nos bendiga a todos!
FIN”
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