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Alcaldía de Ibagué implementa cumplimiento de normas sobre patrimonio cultural

Alcaldía de Ibagué implementa cumplimiento de normas sobre patrimonio cultural

“Los monumentos históricos deben ser protegidos por los ciudadanos porque estos hacen parte de los bienes de interés cultural. Las administraciones no son policías ni lo pueden ser para estar detrás de los ciudadanos viendo si atentan contra estos porque sería triste e incontrolable tener la autoridad por en cada persona”, dice Alejandro Armesto arquitecto de apoyo en patrimonio cultural quien hace parte de la Secretaria de Cultura de Ibagué.

La Administración municipal de Guillermo Alfonso Jaramillo, introdujo a la función social de la Entidad, a través de la Secretaría de Cultura, Turismo y Comercio, la protección del Patrimonio Cultural, poniendo en cumplimiento asuntos normativos evadidos durante 18 años; con tan solo un arquitecto y un estudiante de Arquitectura. Si bien el equipo no alcanza para resolver la problemática que se evidencia especialmente con la situación de los bienes inmuebles y muebles, catalogados o considerados como patrimonio cultural de la ciudad, ello no ha impedido que la misma esté interesada en recuperar lo nuestro y llevarlo a un estado de conservación de manera digna, al igual que protegerlo.

(Puede leer: Monumentos históricos en el olvide en Ibagué)

Es así que el arquitecto Alejandro Armesto expresó que “La gente debe respetar y valorar los bienes y cada vez que atentan contra estos están quitándole la posibilidad al Estado de que los dineros que se va invertir en otras cosas sean para el arreglo su arreglo”.

El arquitecto ibaguereño dijo al Cronista.co que “la sociedad debe entender que los estados no dan gratis las cosas y que en el caso de algunos grafiteros que se dedican a tachar o rayar estas obras, están quitándose la posibilidad de ser ubicados dentro del mundo del arte en un estatus de respeto, resultando paradójico que la búsqueda de expresarse termine con la expresión de otros”.

Alejandro Armesto declaró que “los jóvenes son los más tendientes a atacar los monumentos, placas y fachadas, bajo un concepto equivocado de anarquía y libertad, sin aplicación del sentido común propio de la libertad”.

Los monumentos cumplen un papel importante en la experiencia estética, influyen en la percepción humana y activan los sentidos, además de encarnar valores de identidad a través de sus aspectos artísticos, históricos y simbólicos; y ello genera motivos para valorarlos y no para que se atente contra ellos de una forma sediciosa, precisó el experto en patrimonio cultural.

 “Quienes atentan contra los mismos deben empezar a tener criterios de selección. No es lógico ni tiene sentido que quienes hacen parte de una cultura como el Graffitti cuyo impacto en la mejora de los espacios residuales y culatas de las ciudades, es admirable; salgan de su propio eje y sus intervenciones se constituyan detrimento de la experiencia”, dijo Armesto.  Además, solicitó de los ibaguereños y de la ciudadanía en general sentir afecto y sentido de pertenencia por su patrimonio cultural.

Situación de los monumentos o bienes inmuebles de la ciudad

 Actualmente hay 40 bienes de interés cultural en Ibagué, reconocidos desde el año 2000 dentro del Plan de Ordenamiento Territorial. “Se tiene la Casa Javeriana o Casa Humboldt, llamada así, porque en ese predio estuvo hospedado Alejandro Von Humboldt. Esta es una casa con estilo Artdeco, dijo el arquitecto ibaguereño y que tiene una historia reciente muy importante, en relación a su adecuación en arriendo como Restaurante en primera planta y Sede de la Dirección de Justicia y Espacio Púbico en la segunda”.

Al comienzo de la administración de Guillermo Alfonso Jaramillo, se detectó que la Casa Javeriana o Casa Humboldt, tenía un aviso de arrendamiento, de inmediato la Secretaria de Cultura verifico y actuó, dirigiendo una comunicación a la Inmobiliaria, informando sobre la condición del inmueble y las directrices para su arrendamiento. Eso generó la reacción de la propietaria quien solicitó inicialmente explicaciones técnicas y legales en vista que su proyección era demolerla para la construcción de una edificación de mayores densidades, y posteriormente el certificado de Bien de Interés Cultural que le permitiese beneficiarse del Decreto expedido para exoneración al Patrimonio Cultural.

Así, en la historia de la ciudad se dio el primer Certificado de Bien de Interés Cultural de un inmueble, en el cual a manera de sugerencia se incluyen posibilidades de intervención cromática para su fachada en caso que así lo desee la Propietaria.

Recalcó que hasta el 2015 hubo un total desconocimiento y mala intención de las administraciones municipales con el tema de los bienes de interés cultural. Se hicieron los desconocedores de algunos artículos que están contemplados en el acuerdo 116 como es el artículo 132 y el 200 que mencionan a los inmuebles y perfiles urbanos de especial valor.

Todos esos inmuebles por haber quedado dentro de un plan de ordenamiento territorial con anterioridad al 2008, son automáticamente homologados como bienes de interés cultural, por la ley 1185 de 2008 que modificó y adicionó a la Ley General de Cultura 397 de 1997.

Otro inmueble muy significativo es la iglesia del Carmen, que atraviesa por una situación muy compleja porque se vio afectada por una construcción de apartamentos ubicados al norte de la misma. Esta obra se inició antes que la Secretaria de Cultura, expidiera el decreto de zonas de influencia para estos bienes.

Es lamentable dijo el arquitecto “porque afectó toda la relación que tenía el templo y su monumentalidad frente a los cerros del norte. Ahora con el decreto 0117 de 2018, se busca evitar ensombrecer la iglesia, con la construcción de edificios que podría generar el encerramiento de la misma por moles de concreto que lo único que buscan es rentabilidad monetaria.

Agregó el arquitecto que “por cuanto no responden a planes parciales sino a acaparamiento de predios que por sus dimensiones les permita cantidades de apartamentos, sin mirar sus efectos en el contexto, como por ejemplo, la capacidad de  carga de la estructura urbana de movilidad, que se ve enfrentada a mayores densidades de personas y carros, sin el debido ensanchamiento de calzadas y andenes que responda al nuevo flujo”.

“Existe el caso de la iglesia María Auxiliadora del barrio Cádiz, dónde nos ha tocado manejar con tacto, pues siendo patrimonio de la ciudad, han persistido en cementar su zona vegetal circundante, para ser utilizado como estacionamiento de vehículos”. Cabe señalar que esta iglesia tiene una arquitectura de la década de los años 50, en que el racionalismo comienza a dar paso hacia el organicismo, y hay una concepción del edificio como escultura o libre volumen circundado por el césped. Por eso es una iglesia en medio de una manzana empradizada y arbolada, que trasciende a la condición de espacio público”.

 “En algún momento se presentó un incidente porque la construcción de su casa cural, desconoció la naturaleza morfológica de la iglesia, resultando, como un añadido en desarmonía con el contexto”, dijo Alejandro Armesto.

Finalmente, el arquitecto recordó otros bienes inmuebles dentro de los 40 reconocidos, como son las casas de las familias Amina Melendro  de Pulecio y Melendro Serna, esta última dónde funciona un restaurante y ubicadas en el Centro Antiguo, hacia el lado occidental de la Plaza Mayor.

Lo cierto de ello es que la actual administración municipal, a través de la Secretaría de Cultura, Turismo y Comercio, viene trabajando incansablemente por la protección, recuperación y restauración del patrimonio cultural de la ciudad y espera antes de concluir el mandato de Guillermo Alfonso Jaramillo velar y sacar adelante cada uno de los proyectos en pro de darles el estatus que se merecen.

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