Por Óscar Viña Pardo. Comunicador Social.  

El 1 de enero de este año cogí papel y lápiz para apuntar gracias a un proceso de observación simple si llovía o no en la mañana, la tarde y la noche. Se sumaba a esta difícil pero agradable tarea analizar la forma de las nubes y por último el viento.

Así nos enseñaron tiempo atrás a nuestros padres, abuelos y bisabuelos, es el conocido método de las cabañuelas que se vino al traste en el 2021, porque no le pegamos a un solo mes, el clima esta loco. 

Y es que, si fueran solo los primeros 12 días del año los que apunté en esa libreta verde que habla de los pronósticos y cosas venideras para el presente, no, son 24 los días de observación climática, porque el día 1 es enero, pero también el día 13 es enero y así hasta llegar al 24 de enero haciendo esa observación simple. 

Me consolé con los resultados del almanaque Bristol, que tampoco le pegó al pronóstico del tiempo, para no hablar del IDEAM que le tocó recular mes a mes en ese preciso diagnóstico, así que ya no éramos solo los cabañuelistas los que erramos en esta ocasión, fuimos todos. 

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Sin embargo, tenemos a nuestro favor que el clima está muy loco, demasiado loco. Está tan loco que ni el IBAL acierta con  los racionamientos de agua versus los cortes del servicio en la capital musical. 

Los fenómenos del Niño o Niña deben ser bautizados como los huracanes, de acuerdo con las afectaciones en cada territorio, con nombres acorde con las tragedias que vivimos en el país del sagrado corazón de Jesús. Yo creo que Cortolima en eso puede ayudarnos, en colocar nombres y mostrar eficiencia desde la Corporación. 

Lo único cierto es que, en medio de las cabañuelas, Bristol y pronósticos, los colombianos debemos trabajar unidos en educación ambiental, entender que el clima no son vaticinios, sino realidades que parten del sentido común en donde la ciudadanía y Estado deben trabajar de la mano para así evitar las más de 100 personas fallecidas que ha dejado la temporada de lluvias del 2021 en todo el país. 

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Controles estrictos que conduzcan a evitar tragedias como las anunciadas en el Cañón del Combeima donde se perdió el verde del paisaje por tremendas casonas que anuncian desde ya que algo raro va a pasar en ese espacio. 

Este año la libretica de apuntes servirá para apuntar mis propósitos del 2022, me tomaré ese tiempo que dedicaba a las cabañuelas a colocar una meta posible para cada mes, entendiendo que el 1 y el 13 van de la mano y el 12 y el 24 rematan diciembre. Por ahora seguiré saliendo con el paraguas, más vale prevenir que tener que lamentar, decían las abuelas