Escribir una columna semanal es un esfuerzo enorme. Y lo es porque uno no siempre tiene algo qué decir y no siempre se tiene una opinión ni una posición frente al mundo. Hay momentos en que a uno, discúlpeme querido lector, el mundo le sabe a mierda, quizá como a usted. Por estos días me pasa algo así. A veces grito: paren este mundo que me quiero bajar. Y todo porque no entiendo.

No entiendo cómo siguen matando líderes sociales y lo peor, que a nadie le importe. 442 seres humanos que lideraban procesos comunitarios o defendían derechos humanos fueron cobardemente asesinados en los últimos tres años y medio. La mayor parte ha sido bajo el mandato de Duque. 34 de ellos eran líderes indígenas del Cauca, esos que tanto le irritan a nuestra senadora Paloma Valencia que tuvo la grandiosa y racista idea de dividir el departamento entre indígenas y blancos. Parece que los coloreaditos y los pobres no somos dignos de su estirpe tan blanca y tan rica. La inteligente y renombrada senadora, según la Universidad de los Andes, no ha presentado un solo proyecto de ley. Y parece que quiere ser presidente. ¿Usted entiende? Yo no.

No entiendo cómo tan sólo en el 2019 hubo 545 atentados contra la libertad de prensa que incluyeron amenazas, secuestros y homicidios. Es decir, en un solo año, se doblaron las víctimas que se dieron entre 2014 y 2016. No digo que es una política de gobierno, ni más faltaba, el presidente Duque ha dicho en todos los escenarios que respeta la libertad de prensa y que caerá todo el peso de la ley (siempre me ha hecho reír esa frase) sobre los culpables de estos ataques infames. Bueno, pues el nivel la impunidad de los 125 homicidios de periodistas es del 78.6%. Es decir. No le cae ni le caerá el peso de la justicia a nadie. Quizá los asesinos se mueran algún día de la risa oyendo a nuestro presentador oficial de los programas de las 6 de la tarde. ¿Usted entiende? Yo no.

• Puede leer: 84 días de encierro

No entiendo cómo nuestros honorables congresistas siguen haciendo reuniones virtuales para declarar el carriel paisa como patrimonio nacional y no han abordado la evaluación de los decretos de emergencia del Gobierno por causa de la emergencia sanitaria. En Colombia, en estos momentos, no hay control político. El presidente y su horda hace lo que se le da la gana, seguramente con las mejores intenciones (de proteger los bancos). La dichosa evaluación, está reglamentada por el artículo 215 de la Constitución Política de Colombia que reza que el Congreso examinará hasta por un lapso de 30 días prorrogable, el informe motivado sobre las causas que determinaron el estado de emergencia y las medidas adoptadas. ¿Qué hicieron? Nada. Pues no hay informe. Hay dos. Uno del Centro Democrático y sus aliados políticos (aliados significa no que piensen igual sino que les dan puestos en el gobierno) y otro de la oposición. ¿Y ha pasado algo? Nada. ¿Usted entiende? Yo no.

Y así seguiría, como dirían los sacerdotes antiguos, per saecula saeculorom, por los siglos de los siglos, porque a este mundo no lo entiende nadie y yo sólo tengo preguntas que nadie contesta… amen.