Por Jesús Alberto Saavedra Barrios

Desde que se empezó a hablar de representación juvenil en el país, a través de los escenarios democráticos y de participación y con base a las leyes 1622 del 2013 y la 1885 del 2018, se orientaron los primeros instrumentos y mecanismos sobre la planeación, para fortalecer los procesos de representación y de participación juvenil.

Allí las plataformas juveniles y demás herramientas, iniciarían la consolidación de los diferentes procesos de representación juvenil, como mecanismos de participación e interlocución ante las entidades del orden gubernamental. Por lo cual, se abriría la puerta y se daría el primer gran paso a la meta de que los jóvenes del país, tuvieran su propia representación y vocería respecto a los temas que integralmente los afectan.

 Desde allí y con la relevancia de instrumentalizar la participación a través de los Consejos Municipales de la Juventud, para obtener sus propios representantes, se daría un gran reto para esta población y para los escenarios democráticos en el país.

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Es así, que el pasado 5 de diciembre se celebraron las primeras elecciones a los Consejos Municipales de la Juventud en todo el territorio nacional. Todo esto supondría un verdadero reto para los jóvenes y las entidades gubernamentales, comprendiendo las variables que podía suponer la situación de la elección. 

¿Fue la elección del 5 de diciembre un verdadero reto para el país y los jóvenes del territorio nacional? ¿Qué variables marcaron la elección?

La elección de los CMJ, supuso un reto de alto calibre para la población de los jóvenes en el país. Por un lado, para muchos era la primera vez que votaban, entendiendo el rango de edad de los jóvenes que podían hacerlo. Por otro lado, era la gran oportunidad para que los jóvenes descrestaran en las elecciones votando de manera masiva y eligiendo con fervor a sus representes. Pero parece que esto último, fue más expectativa que realidad. ¿Por qué?

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Bueno, el caso de que muchos jóvenes votaran por primera vez en la elección, marcó una variable importante y fue la cantidad de votos nulos en el proceso. La cantidad de votos que se perdieron reflejaron la baja información acerca de cómo los jóvenes debían elegir a sus representantes.  Desde otra perspectiva, se esperaba que los jóvenes acudieran en gran proporción a elegir sus voceros mediante el voto. Pero fue la abstención, la que brillo por su protagonismo. Del censo electoral habilitado para votar, la cifra sufragante fue muy baja a lo que realmente se esperaba, entendiendo la situación del país y el inconformismo juvenil por tener vocería, representación y protagonismo en los procesos sociales del país.

Entonces… ¿Es el momento de los Jóvenes?

Ojalá, que esto nos ayude a comprender a los jóvenes del porqué de la apatía en los procesos de participación relacionados especialmente en el orden electoral.  Aun cuando estoy seguro seremos  actores fundamentales en el futuro inmediato de nuestro país.

*Abogado