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Ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre

Por Humberto Leyton
Despojados de las pasiones políticas y del periodismo militante, tendremos que decir que el resultado de las elecciones atípicas de Coyaima para elegir nuevo alcalde, se pueden considerar como el principio de una nueva correlación de fuerzas políticas de avanzada en el Tolima, pero no la derrota final e irreparable del partido Conservador que orienta el senador Óscar Barreto.
En efecto, los resultados de las elecciones de este domingo 18 de mayo, que dieron al triunfo a Luis Orlando Ortiz como ganador con 5.492 votos, frente al conservador Carlos Andrés Tovar Otavo, quien obtuvo 5.258. El primero contó con el apoyo del partido Liberal y la coalición de movimientos alternativos que integran el Pacto Histórico; mientras que el segundo tuvo el respaldo del sector mayoritario del partido conservador que orienta el senador Óscar Barreto.
Los 234 votos de diferencia entre el uno y el otro, no representan una cifra que nos indique que hubo una derrota apabullante contra el llamado ‘barretismo’ ni un triunfo perenne de la alianza Liberal y el Pacto Histórico. Todas las elecciones son diferentes, dicen los especialistas en temas electorales, y los victoriosos de hoy pueden ser los derrotados del mañana. Una jornada electoral es impredecible y cambia dramáticamente de una a otra.
Coyaima ha sido una población que históricamente, desde que existe la elección popular de alcaldes y gobernadores, los ganadores han sido liberales o de movimientos alternativos, incluso es el único municipio del departamento y el país, que ha tenido un alcalde comunista (Nelson Tovar), en la época en que fue gobernador Guillermo Alfonso Jaramillo, por primera vez. Además, es una localidad donde las organizaciones indígenas han tenido protagonismo político, que en la mayoría de las ocasiones se inclinan por candidatos de izquierda.
En las elecciones regionales del 29 de octubre del 2023, la victoria del partido conservador en Coyaima fue una sorpresa, el ‘barretismo’ no la tenía programada, y esta le llegó como un regalo más dentro del amplio triunfo que registró en esa oportunidad en el Tolima.
En tales circunstancias, no se puede manifestar que esta localidad del sur del departamento sea un bastión del conservatismo ni que el sector ‘barretista´ haya tenido la hegemonía política en esta población, como algunos portales y medios financiados por Andrés Hurtado lo presentan. Están manipulando a la opinión para subsanar, en parte, la bancarrota que atraviesa el cuestionado y polémico exalcalde de Ibagué, ante el retiro de varios partidos y movimientos que simpatizaban con su candidatura a la gobernación.
Pese a la derrota en Coyaima, el sector ‘barretista’ del conservatismo, continúa con los hilos intactos del poder con una maquinaria bien aceitada en el Tolima, no tiene nada en riesgo, y solo hasta las elecciones del 2026, se podrá saber si continúa el mismo mapa político o tendrá modificaciones.
El Frente Amplio
Sin embargo, donde no hay lugar a discusión, es en la alianza que logró consolidar el nuevo alcalde de Coyaima Luis Orlando Ortiz, entre liberales y el Pacto Histórico, que le permitió su triunfo y que abre las puertas a que esta experiencia se repita en otros lugares.
Hay que reconocer que la victoria de Coyaima, no hubiera sido posible sin el apoyo de los movimientos alternativos, que los mil 500 o más votos que colocaron en las urnas, fueron definitivos para que ganara Ortiz, y el partido Liberal se sacudiera de su mala racha.
El ejemplo de Coyaima, podría ser útil pensando en las elecciones de 2026, para formar el Frente Amplio del que se viene hablando en diferentes sectores políticos alternativos, donde pueda participar no solo el PH sino otras fuerzas políticas como los sectores liberales afines al progresismo. No obstante, el ambiente político del Tolima no es el mejor para lograr acuerdos, ya que el sector del partido Liberal que hora comienzan a orientar la Representante a la Cámara Olga Beatriz González, el diputado Carlos Reyes, el excongresista Ángel María Gaitán, el concejal Javier Mora y el médico Jorge Eduardo Casabianca, entre otros, se encuentra seriamente comprometido, y es cómplice de la corrupta administración del exalcalde Hurtado y la actual alcaldesa Johana Aranda. Este liberalismo forma parte de la misma corruptela que desde hace cinco años y medio sufre la capital del Tolima.
Este partido Liberal tiene ya comprometido su respaldo a Francisco Bermúdez, candidato del nefasto Hurtado a la alcaldía de Melgar, en las nuevas elecciones atípicas que se avecinan en esta localidad del oriente del Tolima, donde se la ha negado el apoyo a un hombre con históricos antecedentes liberales como Gentil Gómez, para apoya a un candidato que respaldas personajes oscuros como Hurtado y algunos allegados a la administración municipal del Carmen de Apicalá.
Bermúdez, es el candidato que apoyará el loteo para la venta de su territorio a supuestos ‘inversionistas’ de construcciones de veraneo y turismo.
En estas circunstancias, hay que entender que el partido Liberal hoy es eminentemente electorero, donde los principios ideológicos y los programas tienen poca importancia en el momento de las decisiones, solo vale el pragmatismo lisonjero y los beneficios personales que puedan tener sus dirigentes, incluyendo el malgasto del tesoro público, así sea de soslayo.
Sin duda, en aras de la unidad de los acuerdos para la construcción del Frente Amplio, los alternativos tendrán que tranzar algunas cosas poco digeribles, comerse unos cuantos sapos, pero con quienes no se puede pactar es con los corruptos y cómplices del desastre administrativo y de desarrollo, en todo sentido, que vive la capital del Tolima.
Este partido liberal del que hoy hablamos, no tiene la autoridad moral ni ética para hablar de honestidad y transparencia, ya que está comiendo en el mismo plato donde comen los corruptos que tienen a Ibagué en la bancarrota.
Sería bueno que el exsenador Mauricio Jaramillo, quien aún conserva intacto su mando en la fracción mayoritaria del partido Liberal del Tolima, así haya manifestado en varias ocasiones que está en retirada, hiciera sentir su voz frente a esta situación que atraviesa el liberalismo tolimense como vagón trasero de la fanfarria y corruptela del clan Hurtado.
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