Un martes de septiembre de 2021, un estudiante de grado noveno del colegio de La Sagrada Familia preguntó en clase de lengua castellana ¿Por qué en Ibagué se iba tanto el agua?. El interrogante generó un debate que se convirtió en tema obligado de análisis que dio lugar para que las docentes de los siete grupos de grado noveno de la institución, Beatriz Rojas, Sandra Forero, Julieta Covaleda y Yolanda López, lo convirtieran en un proyecto pedagógico al que bautizaron ‘Poética y medio ambiente en el mundo del agua’.

A partir de ahí, durante tres años docentes y estudiantes se han dedicado de manera juiciosa y con carácter investigativo, a estudiar e inculcar la importancia de cuidar el agua como recurso vital para la supervivencia humana.

Después de esos tres años de estudios y debate e investigaciones, los siete grupos liderados por las cuatro docentes, realizaron un panel con expertos en el tema del agua, para que desde su visión y experticia abordaran la problemática que afronta la ciudad de Ibagué, municipios vecinos con respecto al abastecimiento del agua potable, contaminación de las principales fuentes hídricas que abastecen la ciudad y otras problemáticas que afrontan los ríos de la región.

Grupo de panelistas participantes en La Sagrada Familia, durante debate sobre la problemática del agua en Ibagué.

Participaron como expositores, Vladimir Forero, (experto en salud pública y saneamiento básico); Gisela Sánchez (Ambientalista); Andrea Sánchez (Líder de la Guardia Ambiental Ancestral del Tolima) y Walter Cataño (Maestro de la SAFA, director del énfasis de Cultura y Medio Ambiente). Además, como el proyecto se trabaja desde la asignatura de Lengua Castellana, se contó con el concurso del  maestro Alex Silgado, escritor y docente del IDEAD_UT, quien habló desde la poética, y todas las metáforas que asocian el agua con las emociones: aguas mansas, aguas violentas, aguas cristalinas, aguas pesadas, etc. 

De acuerdo con los docentes responsables del proyecto, éste ha resultado una experiencia enriquecedora, pues ha permitido a los estudiantes no sólo fortalecer las competencias argumentativas y comunicacionales, sino asumir posiciones críticas y propositivas frente a problemáticas significativas como la del agua, por ejemplo.